El gobierno provincial lanzó el programa “Jóvenes en Ciencia” destinado a impulsar la creación de equipos de jóvenes investigadores e investigadoras de hasta 35 años de edad. Tiene por objetivo generar conocimiento original e innovador que favorezca al desarrollo socio-productivo.
En la presentación de esta iniciativa, una joven investigadora, presentó algunos aspectos del proyecto científico en el que trabaja. Se trata de Tatiana Guendulain, que es becaria doctoral del Centro de Investigaciones en Química Biológica dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba y del Conicet y durante la presentación del programa defendió enfáticamente la decisión de la Provincia de respaldar la búsqueda del conocimiento.

“Invertir en ciencia y tecnología no es un riesgo –subrayó- porque la generación de nuevo conocimiento trae beneficios de enorme importancia para el desarrollo de los países. Córdoba tiene un enorme potencial y las investigaciones son de altísimo nivel e innovadoras”, afirmó Tatiana y destacó “la importancia de que dentro del sistema científico quienes investigamos comencemos a trabajar de manera interdisciplinaria, para buscar soluciones a las problemáticas sociales y también del sector productivo”.

También detalló las características especiales de la labor que está desarrollando en el laboratorio José Luis Barra donde trabajan con distintas herramientas de biotecnología, biología molecular y microbiología para desarrollar soluciones en salud e industria.
Precisó que se dedican a buscar terapias complementarias para una enfermedad poco frecuente que se llama Trimetilaminuria, más conocida como el “síndrome del olor a pescado”.


Un síndrome desagradable
Esta enfermedad afecta a una persona en 40 mil a nivel mundial y es un desorden metabólico que sucede cuando el cuerpo no es capaz de metabolizar un compuesto que se produce en el intestino y comienza a acumularse en el organismo y es liberado en los distintos fluidos corporales, haciendo que la persona emanen un olor parecido al del pescado en descomposición.

Tatiana explicó que “esta patología hace que los pacientes tengan una vida social muy complicada y muchos problemas para acceder a un diagnóstico. No hay cura para esta enfermedad y las terapias son extremadamente limitadas e insostenibles en el tiempo”.
Con orgullo manifestó que el laboratorio del que forma parte es uno de los pocos a nivel mundial que trabaja con esta patología en la generación un probiótico que pueda ser consumido por los pacientes y logre transformar el compuesto que tiene olor a pescado.

La becaria señaló que la inquietud les llegó como una demanda específica de la sociedad a través de Celia Angaroni que es médica en la ciudad de Córdoba y trabaja en el Centro de Metabolopatías Congénitas junto con Silene Silveyra. “Estamos utilizando la biotecnología para buscar soluciones a un problema de salud”, concluyó.


En qué consiste el programa
La iniciativa es promovida por el gobierno provincial, a través del Ministerio de Ciencia y Tecnología y se lleva adelante junto a las universidades cordobesas, públicas y privadas, quienes coinvertirán para el desarrollo de diferentes propuestas.
El gobernador adelantó que en esta instancia el objetivo es financiar 100 proyectos de investigadores locales.

Participan las universidades Provincial de Córdoba, Nacional de Córdoba, de Villa María, de San Francisco, de Río Cuarto y Tecnológica de Córdoba. Dentro del sector privado, las universidades Católica, Blas Pascal y Siglo 21, y el Instituto Universitario Aeronáutico y el Instituto Universitario de Ciencias Biomédicas de Córdoba.

El propósito del programa es financiar proyectos de investigación realizados por equipos liderados y conformados por al menos tres integrantes pertenecientes a universidades con sede en la provincia, con tutoría.

Se busca impulsar y fortalecer la creación y consolidación de equipos de investigación, quienes con el apoyo de tutores, generen conocimiento original y/o innovador con potencial de transferencia o aplicabilidad en la provincia.