Fabricantes de alimento balanceado aseguran que sólo les queda stock de insumos para unos 20 días más y advierten que si el Gobierno no aprueba los permisos de importación se cortará la cadena de producción. 

Desde la Cámara Argentina de Empresas de Nutrición Animal (CAENA), que nuclea a 150 compañías productoras de alimento para animales domésticos y ganado indicaron que importan insumos como vitaminas, minerales, aminoácidos y aditivos que no tienen reemplazo local y usan para elaborar los productos, según publica el diario cronista.com.

Desde la CAENA, aseguran que ya tuvieron reuniones con representantes del ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y enviaron pedidos al Banco Central y a los ministerios de Economía y Desarrollo Productivo solicitando su intermediación para destrabar el ingreso de los bienes necesarios para mantener el abastecimiento.

"Desde hace varios meses, advertimos sobre la problemática. Las trabas a la importación y la falta de liberación de SIRA en las dos últimas semanas repercuten en la escasez de materias primas y, consecuentemente, comienzan a afectar los trabajos en planta", explicó Francisco Schang, gerente de la entidad al cronista.com

El empresario advirtió que "necesitamos una respuesta urgente por parte de las autoridades nacionales para llevar tranquilidad a toda la cadena de valor del circuito".

En ese sentido, advierten que en el rubro de la nutrición animal hay unas 12.000 personas que trabajan en diversas áreas, desde la fabricación hasta ventas que podrían quedarse sin trabajo o sufrir suspenciones.

Según los fabricantes, la imposibilidad de girar divisas al exterior por la restricción de cupos establecida, sumado a la falta de alternativas de financiación de proveedores y entidades bancarias, generan quiebres de stocks, "lo que torna compleja la eficiencia de las distintas producciones".

La situación se agrava teniendo en cuenta que semanas atrás el sector ya había advertido sobre el impacto que generaría la aplicación del impuesto a las importaciones del 7,125%. El efecto negativo de esta medida, se sumó a la disposición de incluir al maíz en el Programa de Incremento Exportador.

"El incremento en el costo del maíz se traduce en un aumento considerable en los gastos de producción. Estos costos adicionales se trasladan inevitablemente a los productores de carne, leche y huevos; quienes, a su vez, se ven forzados a ajustar los precios finales de esta materia prima para mantener la rentabilidad de sus operaciones", analizaron desde CAENA.

Como resultado, los consumidores finales se enfrentan a precios más elevados en góndola, lo que para la entidad "genera una carga económica adicional en los hogares y afecta el acceso a nutrición esencial".