La Ley de Alquileres fue derogada en el Decreto de Necesidad y Urgencia del presidente Javier Milei y desde entonces los contratos quedaron en manos de los acuerdos entre las partes.

Tras casi un mes de la decisión presidencial, se impone entre inquilinos y propietarios el retorno a los dos años de período y una actualización trimestral.

El aumento del alquiler, en estos acuerdos, se aumenta en base al Índice de Precios al Consumidor. Aunque hay absoluta libertad para acordar el precio, la moneda de pago y cada cuánto sube, empieza a instalarse un método para facilitar esa negociación. 

La regulación anterior planteaba contratos por 3 años y una actualización anual, primero, o semestral, luego, basada en el Índice de Contratos de Locación y el Coeficiente de Variación Salarial, respectivamente.

Nada afirma que todos los contratos se firmarán con estas condiciones y regulaciones pero sirve para tenerlo como base a la hora de negociar.