Luego de confirmarse la muerte del joven Lucas González tras recibir dos tiros por parte de policías de la Ciudad de Buenos Aires que vestían de civil y circulaban en un auto no identificado, el presidente Alberto Fernández se solidarizó con la familia de la víctima y condenó el accionar policial.

 A través de su cuenta de Twiitter, el primer mandatario expresó que “no es posible que policías que deben estar al servicio de la seguridad de argentinos y argentinas, terminen con la vida de gente inocente”. En otro orden, sostuvo que el gobierno pondrá "todos los recursos del Estado a disposición para poder llegar a la verdad y justicia".

"Quiero expresar toda mi solidaridad con la familia de Lucas González. Mi compromiso con su madre Cintia y su padre Mario en este momento tan doloroso" dijo Alberto Fernández.

A su turno, el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández se refirió a los dirigentes liberales y opositores que sostienen el discurso de la mano dura y señaló que escuchó "a varios de los tontos que hablan del queso gruyere y tirar tiros. Todos estos fachos redomados y que les encanta ese gesto, porque hay un segmento de la sociedad que los acompaña, se van a tener que dar cuenta que para convivir tiene que ser en otro términos".

Agregó que los policías implicados "se ensañaron con cuatro chiquitos y le truncaron la vida a un pibe de 17 años" y expresó: "Esto es lo que uno insiste cuando dicen qué es la mano dura y qué la mano blanda. Ninguna de las dos, hay que cumplir la ley".

Aníbal Fernández aseveró que "hay una ley en la Ciudad que impide hacer todo eso que hicieron. Estaban en un auto no identificable, sin patente, de civil. Siguieron a cuatro chicos que pararon a comprar un jugo y venían de jugar al fútbol. Es inconcebible un gesto de violencia institucional tan grande".