Está muy fresca, muy presente, la reciente tragedia en Barracas: tres mujeres asesinadas y una aún grave por un victimario que expresó su odio del modo más brutal posible: arrojando al fuego a cuatro mujeres. 
Aunque el vocero presidencial persista en negarlo como tal, se trató de un lesbicidio.

En todo caso, existiendo las definiciones contenidas en el código penal vigente en Argentina, sería prudente esperar a que la justicia se expida y decida si aplica el agravante previsto en la modificación del Artículo 80. Dice en el inciso 4° "que se impondrá prisión perpetua a quien matare: Por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual, identidad de género o su expresión.”

Los testimonios de este caso nos hacen saber que esas mujeres fueron asesinadas por una de las muchas elecciones que una persona hace en su vida: su identidad de género. Sólo que esta decisión, la de apartarse de una supuesta “normalidad” sexual, en la Argentina de nuestros días, parece ser una decisión mucho más peligrosa que otras.

Los discursos de odio existen, se renuevan y multiplican, especialmente cuando desde ámbitos del poder republicano se los alimenta y sostiene. Y no quedan en discursos, cómo luctuosamente refleja la estadística.

Del Instagram de la Fundación Huseped

En su recordatorio de la jornada de hoy, la Fundación Húesped, pionera en Argentina en la lucha por la inclusión y contra la discriminación, cita el reporte 2023 del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT.

Allí se da cuenta que durante el año pasado “ocurrieron en Argentina ciento treinta y tres (133) crímenes de odio, en donde la orientación sexual, la identidad y/o la expresión de género de todas las víctimas fueron utilizadas como pretexto discriminatorio para la vulneración de sus derechos y la violencia contra ellas”.

Debería agregarse, que “por lo menos” ocurrieron 133 crímenes de odio. El propio informe se ocupa de aclarar que no hay ninguna estimación sobre los casos no registrados y que la cifra incluye exclusivamente aquella que ha sido fehacientemente documentada.

El posteo de la Fundación resalta un aspecto notable de este informe: el lugar físico donde acontecieron los crímenes de odios. Dice “los datos relevados por este observatorio arrojan que comparten el porcentaje más alto la vía pública, la vivienda de las víctimas y las comisarías / penales, con el 24% de los casos respectivamente cada categoría”.

Los crímenes de odio ocurren en cualquier esquina. Gráfica: reporte citado
Los crímenes de odio ocurren en cualquier esquina. Gráfica: reporte citado

El propio posteo de la Fundación, sirve para comprobar las diferentes formas en que puede manifestarse el odio y estas agresiones. 
Basta leer algunos de los comentarios como el de @leonardo_dicheco: “No es odio, pasa que son comunistas y votan a la izquierda empobrecedora. Sólo es eso.”

Algo sobre la efeméride

El Día Internacional de Lucha contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género (PNUD) o Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia (en inglés: International Day Against Homophobia, Transphobia and Biphobia, IDAHTB) según Wikipedia, ocurre cada 17 de mayo para, entre otras cosas, principalmente conmemorar la eliminación de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El hecho tuvo lugar durante la 43º Asamblea Mundial de la Salud celebrada en Ginebra, el 17 de mayo de 1990. También en este día se celebra la despatologización de la identidad de género de las personas transgénero y transexuales.

El objetivo principal de la jornada es el de coordinar todo tipo de acciones que sirvan para denunciar la discriminación, la violencia y el hostigamiento de la que son víctimas las personas homosexuales, bisexuales, transgénero y transexuales, y para hacer avanzar sus derechos en todo el mundo.