Pablo Fuentes es obrero de la construcción y trabaja en la edificación de los apeaderos destinados a los pasajeros del Tren del Valle que unen a Neuquén con Plottier. 

Caminando hacia la obra encontró una billetera y se encargó de resguardarla hasta que apareció su propietario, Luis García, quien en acto de gratitud le regaló un asado completo a Pablo y a sus compañeros de trabajo.

El acto, lejos de pasar desapercibido, tomó rápida difusión en redes ya que es fue una representación doble de honestidad. 

Pablo dialogó con RÍO NEGRO y narró que todo empezó este martes cerca de las 14 cuando estaba por llegar a la obra del apeadero de la Estación Terminal de Ómnibus de Neuquén (ETON) donde tiene a cargo las conexiones eléctricas. “Iba por la bicisenda y veo una billetera, la tomé y miré para todos lados pero no había nadie cerca así que la guardé y me fui a trabajar con la idea de publicarla en Facebook a ver si daba con su dueño”, contó.

Luego de contarle a una de las trabajadoras de la terminal sobre el hallazgo para alertarla en caso de que aparezca el dueño preguntando, buscó el nombre del propietario y siguió con sus tareas.

Una hora después un hombre notablemente desesperado y en actitud de búsqueda se acercó al lugar. Fue entonces cuando Pablo se dio cuenta que era el dueño de la documentación y a modo de chiste le dijo: “maestro, yo a usted lo conozco”, mientras levantaba con una de sus mano la billetera. 

“Cuando me vio con su billetera no podía creerlo”, contó sobre la actitud del despistado hombre que no paraba de agradecer. 

Pablo retrató el momento en el que Luis (de azul) llevó la carne y bebida para compartir.
Pablo retrató el momento en el que Luis (de azul) llevó la carne y bebida para compartir.

En ese momento y luego de una breve pero emotiva charla Luis le dijo: “no sabes lo agradecido que estoy, te mereces un asado”, a lo que Pablo respondió negativamente ya que fue una acción desinteresada. 

“Soy laburante y se lo que cuesta hacer trámites para recuperar documentación importante, no quería ninguna retribución”, aclaró y narró que tras la insistencia le dijo que con “una gaseosa para él y sus compañeros estaba bien”.

Tras retirarse Luis, el trabajador siguió su jornada en la obra y luego de unas horas apareció Luis con carne y bebidas. 

“No podíamos creerlo con mis compañeros, el maestro había cumplido y trajo todo para compartir con nosotros”, contó con emoción. 

El asado en medio de la obra.
El asado en medio de la obra.

Durante el improvisado encuentro gastronómico, Luis le contó a los obreros que es docente de Historia en Neuquén y que había pasado por la zona en su bicicleta cuando perdió la billetera, en la cual llevaba documentación valiosa, incluso de la obra social de su hija y que por eso “lo mínimo que podía hacer era compartir un almuerzo” con ellos.

Fuente: Diario de Río Negro.