Este miércoles falleció Roberto Perdía, exdirigente de Montoneros, quien dejó este mundo a la edad de 82 años. Con una trayectoria que marcó una época en la historia argentina, Perdía ocupó un lugar en la conducción de la organización guerrillera durante los años '70.

Nacido en Rancagua, Buenos Aires, en 1941, Perdía provenía de una familia de chacareros. A pesar de sus orígenes humildes, su pasión por el conocimiento lo llevó a estudiar Derecho en la Universidad Católica Argentina, donde incluso presidió el Centro de Estudiantes. Sus inicios laborales en el ámbito bancario lo conectaron con la realidad sindical, fundando agrupaciones y participando activamente en movimientos como la huelga bancaria de 1959.

Sin embargo, su compromiso con las luchas sociales lo llevó a abandonar sus estudios de sociología y establecerse en la cuña boscosa santafesina, donde se convirtió en defensor de trabajadores de diversos gremios. En 1963, organizó la histórica Marcha del Hambre del norte santafesino, junto a figuras como Raimundo Ongaro y el sacerdote Rafael Yacuzzi.

X de Movimiento Evita

Desde 1967, Perdía se sumó a la experiencia guerrillera, primero en las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) y luego en Montoneros. Su compromiso con las causas sociales también lo llevó a ser referente del movimiento Organizaciones Libres del Pueblo y a trabajar como abogado, integrando importantes grupos como la Gremial de Abogadas y Abogados y la Universidad de los Trabajadores (IMPA).

En sus últimos años, Perdía reflexionó sobre su pasado y el de Montoneros en su libro "Montoneros. El peronismo combatiente en primera persona", publicado en 2013. En una entrevista con el periodista Martín Granovsky, reconoció errores y autocríticas: "No supimos explicar ni encontrar otros caminos de respuesta".

En 2003, el juez Claudio Bonadío ordenó su detención, junto a Fernando Vaca Narvaja, por su presunta responsabilidad en la muerte y desaparición de 15 dirigentes montoneros durante la "Contraofensiva" de 1980. Ambos líderes argumentaron que dichos actos fueron resultado del accionar genocida del gobierno militar.

A pesar de las acusaciones, la justicia finalmente revocó la medida y ambos dirigentes fueron liberados, mientras que Bonadío fue apartado del caso. Perdía y Vaca Narvaja presentaron cargos contra el juez por proceder sin pruebas suficientes.