Un gendarme fue asesinado de un tiro en la cabeza y su cadáver fue encontrado en su vivienda de la localidad correntina de Santo Tomé.

Se trata de un efectivo que trabajaba en el Escuadrón 57 de esa fuerza de seguridad federal, identificado como Alfredo Vivero y de 37 años, y si bien el caso se dio a conocer este lunes, su cuerpo fue hallado el domingo por su esposa, también gendarme.

El fiscal correntino Facundo Cabral, que investiga el hecho, dijo a la prensa que se manejan varias hipótesis sobre el móvil del crimen y agregó que en la escena del hecho fue encontrado el celular de la víctima “quemado adentro de una olla”.

“Entrevistamos a varias personas, se tomaron huellas, se analizan cámaras adyacentes y estamos averiguando (sobre sus) relaciones”, manifestó el funcionario judicial en declaraciones a Radio Dos.

Cabral mencionó que el hecho se registró este martes pasadas las 14 en el domicilio del gendarme y que se trabajó en las pericias y recolección de pruebas hasta pasadas las 21.

El representante del Ministerio Público Fiscal explicó que si bien en un principio se creyó que podría tratarse de un suicidio, debido a que al momento del hallazgo el gendarme tenía su arma reglamentaria en la mano, las tareas del médico forense y de los peritos llevaron a la pista de un crimen.

"No tenemos ninguna duda de que se trata de un homicidio", remarcó Cabral.

El fiscal agregó que, de acuerdo a los resultados preliminares de la autopsia realizada en las últimas horas, el efectivo de Gendarmería murió por el disparo que recibió en la cabeza, al tiempo que estableció que tenía "dos medias adentro de la boca y una cinta aisladora en el cuello, que no le provocó ahorcamiento".

"Entrevistamos a varias personas y en la casa encontramos el celular de la víctima quemado adentro de una olla", dijo a el investigador judicial.

Respecto de los peritajes encomendados, detalló que “se tomaron huellas, se analizan las cámaras de seguridad adyacentes” y que ahora se está profundizando la pesquisa en las relaciones que Vivero mantenía con diversas personas.

“Se realizaron pericias en su automóvil y se secuestró su notebook”, agregó Cabral.

La víctima era oriunda de la localidad de Pirané, provincia de Formosa, aunque prestaba servicios en el Escuadrón 57 Santo Tomé de Gendarmería Nacional, en Corrientes.

Un informe inicial de esa fuerza de seguridad, al que tuvo acceso Télam, detalla que el cuerpo del sargento Vivero fue hallado “con el tronco sobre la cama, decúbito ventral, con las extremidades superiores tocando el piso, con un aparente disparo en la sien y el arma reglamentaria cerca de su mano derecha”.

“Al colocar el cuerpo decúbito dorsal, se observó que el occiso tenía un disparo en la sien, con orificio de ingreso y salida de derecha a izquierda, una media en el interior de la boca y un precinto en el cuello”, se especificó en ese informe.

En el mismo escrito se detalló también que el sargento no convivía con su esposa, también integrante de Gendarmería, sino que habitaban en casas separadas.

Finalmente, el fiscal de Instrucción Cabral dijo que “todavía no hay imputaciones” y destacó que “hay mucha gente abocada a la investigación”.

El caso fue difundido mediante un informe del Departamento de Relaciones Institucionales de la Policía de Corrientes, que comunicó el hallazgo del cuerpo en la casa que habitaba el gendarme, en calle Parque Corsódromo, de Santo Tomé, a unos 390 kilómetros de la capital provincial.