En otra semana complicada para el presidente Alberto Fernández, donde se produjeron nuevamente cambios en el gabinete, la iglesia católica criticó duramente la crisis económica que atraviesa el país y reclamó soluciones inmediatas, como la creación de puestos de trabajo genuinos.

El Episcopado denunció una “inflación asfixiante que genera miseria” y advirtió que “la brecha se agiganta cada día más”. También exigió “soluciones honestas y realistas que prescindan del uso clientelar de la necesidad de la gente”.

“Se necesita más que nunca en los políticos un ejercicio de la responsabilidad que vaya más allá de los propios intereses”, sostuvo la comisión ejecutiva del órgano eclesiástico, que preside el obispo Oscar Ojea.

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Las duras declaraciones dirigidas a la clase política reclaman, a la vez, que dejen de lado sus propios intereses y den una pronta solución a quienes están viviendo en la pobreza.

La Iglesia denunció una “inflación asfixiante que genera miseria” y reclamó soluciones

“En estos tiempos complejos, en que ningún sector parece dispuesto a ceder en sus intereses, nos hará bien a todos los que somos dirigentes en distintos ámbitos – políticos, sociales, sindicales, empresariales, religiosos, etc.- dejarnos interpelar por las palabras del papa Francisco”, dicen los obispos.

En el comunicado, las autoridades de la iglesia reproducen la frase del pontífice que en noviembre de 2020, en plena pandemia, dijo: “La profundidad de la crisis reclama proporcionalmente la altura de la clase política dirigente, capaz de levantar la mirada y dirigir y orientar las legítimas diferencias en la búsqueda de soluciones viables para nuestros pueblos”.

La reflexión episcopal se difundió días después del encuentro que monseñor Ojea mantuvo con referentes de movimientos populares, con quienes coincidió en la necesidad de favorecer la creación de puestos de trabajo.

Junto con el titular del Episcopado, suscribieron la declaración los vicepresidentes primero y segundo, Marcelo Colombo (arzobispo de Mendoza) y Carlos Azpiroz Costa (arzobispo de Bahía Blanca), y el secretario general, Alberto Bochatey, obispo auxiliar de La Plata, todos integrantes de la comisión ejecutiva.

En vísperas del dia de San Cayetano, los obispos señalaron que“Pedir por el trabajo es pedir que todos los trabajadores y trabajadoras tengan derecho a vivir dignamente del fruto de sus esfuerzos cotidianos y a desplegar sus potencialidades y talentos para aportar al crecimiento de nuestra patria. ¿Cómo no pedir a San Cayetano que todos los varones y las mujeres de buena voluntad puedan vivir dignamente del fruto de su trabajo?”, señalan los obispos en el pronunciamiento.

El obispo Ojea, con referentes de la UTEP, el jueves pasado. Foto: CEA
El obispo Ojea, con referentes de la UTEP, el jueves pasado. Foto: CEA

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El drama de “inflación asfixiante que genera miseria”

En el documento difundido este sábado, el Episcopado transmitió su preocupación por el drama de la inflación. “Suplicamos el pan de cada día, como nos enseñó Jesús. El pan que alimenta nuestra vida y que diariamente se hace más inalcanzable a causa de la inflación asfixiante que padecemos y que genera miseria”, consigna el escrito.

“¿Cómo no pensar en la cantidad creciente de hermanos y hermanas que se acercan cotidianamente a los comedores, en los adultos mayores que no pueden comprar sus medicamentos, en las familias cuyos ingresos son cada vez más insignificantes? El pan que se pide para todos, el que se logra con el propio trabajo, es un clamor de justicia”, dicen los obispos en su declaración conjunta.

Al respecto, un informe reciente de Cáritas y del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA reveló que desde 2010 -a partir de la segunda presidencia de Cristina Kirchner- el 30% de la población “nunca dejó de ser pobre”; casi el 60% de la población activa accede a empleos precarios o está desocupado.

El llamado al diálogo, dejando de lado "la grieta"

En cuanto a la polarización que generó la llamada "grieta" argentina, el documento señala: “Cuánto necesitamos este pan en una sociedad agrietada y enfrentada donde no acabamos de entender que nadie se salva solo y parece imposible generar proyectos comunes, donde la verdadera brecha se agiganta cada vez más en relación a los últimos, a los que padecen la pobreza y peor aún la indigencia”.

“¡Cuánto bien nos haría dialogar y compartir el pan de las ideas y de las prácticas que construyan una fraternidad política, para pensar prioritariamente en quienes más sufren esta crisis y para buscar soluciones honestas y realistas que prescindan del uso clientelar de la necesidad de la gente! Se necesita más que nunca en los políticos un ejercicio de la responsabilidad que vaya más allá de los propios intereses. Así aparecerá en nuestro horizonte la paz y la amistad social, que también están incluidas en ese pedido sencillo y a la vez esencial de “paz, pan y trabajo”, concluyen los obispos.

Fuente: La Nación