El Tribunal Oral Federal 2 de Córdoba difundió pasado el mediodía los fundamentos de la sentencia de lo que fue el primer juicio de la causa CBI Cordubensis.

En el documento, que consta de 719 páginas, para la Justicia hay pruebas suficientes de que Jorge Enrique Suau se quitó la vida en el auto en el que fue hallado y la carta que recibió entonces el fiscal Enrique Senestrari es de puño y letra del fallecido.

Los acusados fueron 16, trece de ellos fueron condenados y la mayor pena fue de siete años de prisión para Eduardo Rodrigo, en lo que fue el primer juicio en Argentina por el delito de intermediación financiera no autorizada.

El tribunal destaca que es el Banco Central el único ente facultado para regular la actividad financiera en todo el país. Esta afirmación se da en un contexto en el que proliferan las cuevas financieras y los arbolitos a raíz de la crisis económica que atraviesa la Argentina.

También se hace referencia al castigo para el delito de lavado de activos, del que todos los acusados fueron absueltos. Fue el mismo Tribunal el que en 2010 condenó por primera vez este tipo de delito en la causa Gallo-Altamira.

Los jueces también se expresaron sobre la absolución a todos los acusados del delito de asociación ilícita. Se indica que las personas juzgadas no habrían tenido la intención de llevar adelante estafas.

La justificación fue que, al momento en que la financiera quedó sin el local en el Dinosaurio de Rodríguez del Busto, fue Eduardo Rodrigo quien comenzó a buscar un nuevo espacio para continuar con la financiera; y que la debacle habría comenzado con el suicidio de su socio Jorge Suau.

El tribunal entendió que, con los elementos disponibles, y si bien la muerte de Suau es un tema abierto todavía, el socio de Eduardo Rodrigo se habría quitado la vida, posiblemente desesperado por el retiro de cerca de 40 millones de pesos que dejaba a CBI sin el dinero suficiente para responder frente a los ahorristas. La quiebra, en tanto, rondaba los 42 millones de pesos.

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