Las tribunas ya estaban dignamente pobladas. Pero la espera se hacía larga. El sonidista, cansado del tedio color verde esperanza cambió a Diego Torres por Gilda. Entonces la cosa tomó un poco más de temperatura. Desde una tribuna se animaron: "Olé, olé, olé, LuíJué, LuíJué". El locutor se envalentonó y arrancó la presentación. "Les presentamos al mejor equipo...". Una duda pareció detenerlo. "Que nos dará el triunfo", completó. Pero fue imposible no completar mentalmente con la vieja consigna de los últimos 50 años.

La histórica juecista Graciela Villata, camisa azul y dos mechones de pelo al tono, fue la anfitriona: recibía a los que iban llegando, acomodaba, daba indicaciones.

Los protagonistas, que se habían hecho esperar, finalmente llegaron. Rodríguez Larreta tomó el micrófono y el centro de la escena y ante la expectativa general soltó: "Me dejaron hablar primero porque tengo el cumpleaños de mi mamá". Minutos después ya estaba fuera del estadio de Juniors.

El acto que pergeñó el juecismo para que sirva como plataforma de lanzamiento del que quizás sea el último cohete de su líder -al menos él lo deslizó así- tuvo una disposición clara: en las tribunas laterales, la militancia de todos los espacios; en el campo de juego, militantes más encumbrados y dirigentes de mayor peso a medida que se acercaban a la primera fila; y la tribuna cabecera donde subieron Juez, De Loredo, Carasso, Rodríguez Larreta, Bullrich y Morales rodeados de personas sin identificación partidaria y vestidos con ropa clara. Una imagen de ‘pureza’. También subió a esa tribuna Sebastián García Díaz, pero solo para decorar ya que no habló ni apareció en la foto.

Foto: @horaciorlarreta
Foto: @horaciorlarreta

En los discursos abundaron las críticas al gobierno provincial y nacional y los 'palitos' a Javier Pretto y Myrian Prunotto.

En el breve discurso que dio antes de abandonar el acto para ir a soplar las velas del cumpleaños de su madre, Rodríguez Larreta elogió la unidad de Juntos por el Cambio en Córdoba y la calificó de "ejemplo" para el resto del país. "Para ganarle al kirchnerismo tenemos que ganar en Córdoba, se los pido de corazón", manifestó el alcalde porteño, y arremetió: "Hay que terminar con el unitarismo de los Kirchner que concentraron todo el poder en el gobierno nacional para después apretar a los gobernadores".

Luego le dio la mano a Bullrich para ayudarla a bajar las escalinatas, le cedió el micrófono, le dio un ostentoso beso en la mejilla -que descolocó a la destinataria- y desapareció. Chim, pum, pam, así lo hace un profesional, pareció decir. Un datito: fue el único que no criticó al gobierno provincial.

Luego llegó el turno de Patricia Bullrich, autopercibida como 'Madre Coraje'. Si el jefe de gobierno se dedicó a elogiar a los candidatos cordobeses antes que llevar agua para su molino, la exministra de Seguridad hizo todo lo contrario. Repitió una y otra vez la palabra "coraje", que es una imagen a la cual se la asocia y una característica de la que, según ella misma, Rodríguez Larreta carece.

Cuando tomó la palabra, Patricia Bullrich contó que lloró cuando vio que Juez, que parecía que ganaba la elección provincial en 2007, la perdió horas después. "Aprendimos una lección y tenemos que aprenderla en Juntos por el Cambio a lo largo y ancho del país: la verdad y la transparencia no se defienden solas. Se defienden con lucha y un pueblo que se levanta", dijo Bullrich.

La exministra de Seguridad respondió con dureza a la decisión de Pretto de irse a Hacemos Unidos por Córdoba y lo puso a la altura de un criminal: "Así como decimos que los criminales las pagan, el que las hace las paga, el que traiciona a la democracia las paga". Consideró que "no puede haber un solo cordobés que vote a esa fórmula" porque "nadie va a votar traidores".

"Se van los despojos y acá quedan los valores", descerrajó Bullrich.

Dijo que se enteró mientras hablaba con Cadena 3 (sic) que Grabois y Pérsico habían confesado tener dudas sobre cuánto podría durar un segundo gobierno cambiemita. "Yo les digo a ellos y a Moyano que esta vez a Juntos por el Cambio no lo corre nadie. Esta vez vamos a tener coraje", repitió como un mantra.

“Coraje, coraje”. La letra de Bullrich se parecía a la canción que inmortalizó Víctor Heredia, pero en realidad quería decirle a Rodríguez Larreta lo que canta Nathy Peluso: "Te hace falta coraje".

"Vamos a ir a dinamitar el régimen kirchneristas que le ha expropiado el futuro al pueblo argentino", cerró, haciendo referencia al mismo explosivo que semanas atrás quería utilizar -o semi-utilizar- el fundador de su partido, Mauricio Macri.

El jujeño Gerardo Morales tiró un anzuelo al corazón orgulloso de los cordobeses y opinó que "Córdoba es la máxima expresión federal de la Argentina".

Fue el que le dedicó mayor cantidad de palabras a Milei: "Hay quienes trabajan con los peores sentimientos. Ese es Milei que es un desquiciado y Dios nos libre de caer en esas manos". Para el gobernador del norte, Milei "cabalga sobre los peores sentimientos de las personas cuando están mal".

Marcos Carasso tenía que levantar la puntería tras la 'confusión' que llevó a que el sábado antes del cierre de listas lo anotaran como vicegobernador y primer legislador al mismo tiempo (doble candidatura a la que renunció horas después). Tampoco tuvo suerte cuando quiso cantar y arrancó con el estribillo mientras la música iba por la estrofa. "Gritemos", arengó el diputado. Y con su discurso se dedicó a eso durante algunos minutos.

El contraste dejó mejor parado a Rodrigo de Loredo, hábil orador. Prolijo y astuto, arrancó con tono calmo, a diferencia del resto. Pero cuando el discurso se lo pidió fue el que llevó la temperatura al máximo.

Sobre el peronismo cordobés y el juego de la casita robada con Pretto y Prunotto, el radical acusó: "Naturalizan lo que está prescripto en nuestro Código Penal. Corrupto es el que recibe y corrupto es el que paga. Junten toda la plata y llévense todo lo que anda dando vuelta. No queremos nada de eso". De paso, se refirió al affaire de la moneda (NdR: el candidato de JxC en Malagueño se decidió tirando una moneda al aire, según versiones periodísticas). "¿Sabés por qué no tiran la moneda ellos? ¡Porque se la roban antes de que caiga!", ironizó.

Foto: @GerardoMorales
Foto: @GerardoMorales

Por último, se refirió a las posibilidades de la fórmula que declinó integrar junto a Juez. "Caballo que alcanza, pasa. Y ya empiezan a correr de atrás. Gastaron todo. Tiraron todo. Y estamos tête à tête. No tienen más nada para dar. Ahora arrancamos nosotros 45 días al palo", cerró De Loredo.

Para el cierre, el turno fue del candidato a gobernador, Luis Juez. Las 2.500 personas presentes en Juniors -según las cifras de los organizadores- lo oyeron lamentarse por la pérdida de "la Córdoba del Cordobazo, la revolucionaria, la quilombera" y aseguró que "nos han robado todo".

El exintendente sostuvo que los jóvenes se quieren ir al extranjero y los que no pueden hacerlo "se tienen que quedar en un país donde hay una dirigencia de mierda que no valora el mérito ni la excelencia" y habló de los pibes "a los que les ponen un chalequito y los mandan a pintar cordones". Dardo directo a Llaryora.

Foto: @GerardoMorales
Foto: @GerardoMorales

"Acá están todos, no falta uno", se alegró Juez ninguneando a los fugados a las filas del llaryorismo, aunque admitió que los que se quedaron "probablemente tuvieron un par de horas de enojo pero acá están porque el trabajo que tenemos por delante es titánico".

También recordó caras de campañas anteriores: "He vuelto a ver amigos a los que hacía mucho que no veía. Son como esos perros doberman que cuando tocás el silbato vienen. Cada vez que Luis Juez tuvo una pelea, ellos bancaron. No me soltaron la mano. Y eso que nunca pude darles nada". Algunos militantes históricos del juecismo que estaban en el campo dejaron caer algunas lágrimas.

Para el final, se guardó una adjetivación con su sello sobre el oficialismo nacional: "Son unos sinvergüenzas de mierda que han creado el clientelismo político y han puesto de rodillas a uno de los países más ricos del mundo". Colorado por la intensidad de su propio discurso, el cierre fue en tono de exclamación: "¡Los vamos a cagar a votos, con nosotros no se jode, con nuestros hijos no se jode! ¡No se metan con el futuro de nuestros hijos porque nos van a conocer".

Cuando Juez terminó, volvió a sonar a todo volumen el himno oficial del acto: la versión de La Beriso de "Todo cambia". Los militantes empezaron a liberar las tribunas con lentitud, ganaron la calle y se alejaron por la vereda del club Juniors. Atrás habían quedado dos horas de duras críticas al peronismo provincial resonando en los parlantes. A unos metros, la poca luz que iluminaba la vereda era la de la escuela del club. Arriba de la luz, un cartel anuncia el nombre de la institución: "Gob. José Manuel de la Sota". Paradojas de un lanzamiento de campaña intenso.