Durante la última sesión del juicio por el homicidio de Joaquín Paredes, la fiscal Fabiana Pochettino modificó la imputación original que sostenía cargos específicos para cada uno de los agentes involucrados y  fue reemplazada por una acusación conjunta de homicidio, coautoría de homicidio y participación necesaria para todos los cinco policías. Además, se incluyó la imputación de "amenazas calificadas" para el sexto acusado, el subcomisario Daniel Alberto Sosa Gallardo.

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La fiscalía tuvo en cuenta las pruebas presentadas que detallan la premeditación que llevó al asesinato de Joaquín como la revelación de una selfie compartida en un grupo de WhatsApp de los policías, con una escopeta para "cazar saros", dando indicios de una actitud previa que ha sido objeto de análisis en el juicio. 

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Esto decisión remarca que la responsabilidad no se limitó a un solo agente, sino que todos los policías implicados actuaron de manera conjunta y colaborativa.