Pese a que su semblante lo ubica subido al tren de la lucha por la gobernación de 2023, Luis Juez pide que "no nos entretengamos" y "no festejar anticipadamente".

La referencia es a Juntos Por el Cambio y, posiblemente, a un sector aún más amplio de la oposición. El antikirchnerismo se apodera de su relato.

En los últimos días de campaña realiza una gira por medios porteños, antes de una elección que lo depositará nuevamente en el Senado de la Nación. "Tengo más kilómetros hechos que Marley, no tengo garganta, no paro. Pero vine para tu programa y a cumplir con unos colegas tuyos", le dijo a Luis Majul.

Ante el agradecimiento del comunicador, en medio de la entrevista televisiva, respondió: "Cuando nos hizo falta, vos estabas... y nobleza obliga, como decía mi vieja 'Una mano lava la otra y las dos lavan la cara'".

No será novedoso el triunfo de su fuerza, promete que "le vamos a pegar una cagada terrible" y, mientras promete "sacarle 50 puntos" a los candidatos del Frente de Todos en la provincia, denuncia que "nos están tirando un aparato monstruoso".

No se puso colorado al afirmar que "mientras estamos hablando, en Córdoba están repartiendo chapas, tirantes, comida, subsidios y contratos". Evitó decir si había denunciado los hechos, pero adujo que "ningún juez  con competencia electoral está en condiciones de ver estos delitos".

Y prosiguió: "Las dos caras de la misma moneda, la Nación y la Provincia, están apretando a contratados y monotributistas o quienes tienen contratos precarios... es un espanto. El puntero político, el manzanero que se convierte en policía partidario te dice 'vos tenés nombrados a dos pibes, con contratos de 15 lucas' y ponen a la gente en aprietos, en un lugar incómodo. La gente te lo dice".

Entre acusaciones varias, sentenció que "con las boletas de cooperativas eléctricas del interior  de Córdoba te llega el voto del Gobierno".