La historia fundacional de Córdoba tiene en la memoria popular la llegada de Jerónimo Luis de Cabrera a las márgenes del Suquía, en cercanías de lo que hoy es barrio Yapeyú. Nos remontamos cinco siglos atrás, circa 1573.

Casi 500 años después, otro Jerónimo Luis de Cabrera, descendiente del expedicionario y fundador de Córdoba, sufre en carne propia el tránsito por una ciudad con aguas servidas, semáforos totalmente descoordinados y, en algunos sectores, insegura y oscura. 

En el móvil Canal 10 Jerónimo Luis de Cabrera, un poco en broma, recordaba sus días escolares en la previa de cada 6 de julio: "En la primaria fue todo un tema. Cada vez que llegaba julio yo ya empezaba a cortar clavos. Se venía el acto y tener que hablar ante todos mis compañeros...", dijo el descendiente.

Padre de dos niñas, ante la posible llegada de un varón al núcleo familiar, Jerónimo Luis descartó bautizar a su potencial hijo varón con el mismo nombre del fundador de la ciudad.

Su antepasado, el mismísimo Jerónimo Luis de Cabrera, fue uno de los personajes históricos de la conquista más estudiado y conocido porque tuvo una trayectoria extraordinaria. Su muerte fue producto de la traición por parte de uno de los soldados que lo acompañaban, quien por orden del Virrey Toledo colaboró para que fuera detenido y llevado preso. 

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¿Cómo vive cada 6 de julio el Jerónimo Luis contemporáneo? Comentó al móvil de Canal 10 que cada 6 de julio lo vive con normalidad y siempre recordando a su antepasado. Por otro lado, expresó que desde la gestión de Rubén Américo Martí él y su familia no reciben invitación oficial a los distintos actos. 

El joven Jerónimo Luis, quien trabaja en el rubro de logística, hizo sus demandas a las autoridades municipales: "Seguridad, principalmente. Está lindo lo que hacen "visualmente", pero hay temas más profundos para solucionar. El tema de las cloacas es uno de los problemas que más me molestan". 

Continuará...