Una situación de extrema violencia vivieron los voluntarios de la Reserva Carayá, el primer y único centro de rehabilitación de primates en Argentina, y el único en el mundo que trabaja con monos aulladores negros, ubicado a 12 kilómetros de La Cumbre, provincia de Córdoba.  

El personal, que trabaja ad honorem, denunció públicamente que una pareja de turistas de Buenos Aires los amenazó y golpeó luego de que les pidieran ver el documento de sus hijos para acreditar la edad de los menores.

Malen Pilsen, jefa de los voluntarios, contó que al ingresar a la reserva registran los datos de los visitantes y les informan los cuidados que hay que tener para recorrer el predio. Para acreditar la edad de los niños que iban en el vehículo, y definir el costo de la entrada, Malen pidió ver el documento.

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De acuerdo a las declaraciones a El Doce, el hombre le respondió “mirale la cara a la nena, decime vos si tiene nueve años”, por lo que la voluntaria insistió con ver el documento, algo a lo que finalmente accedieron –en formato digital–, pero moviendo el dispositivo de manera que se hacía imposible verificar la información. 

En la reserva hay casi 200 monos carayá que son rehabilitados y viven libremente en un hábitat adecuado. Foto: eldiariodecarlospaz.com.ar
En la reserva hay casi 200 monos carayá que son rehabilitados y viven libremente en un hábitat adecuado. Foto: eldiariodecarlospaz.com.ar

Pilsen contó que la situación se volvió violenta, y comenzaron los insultos y las agresiones.

Mientras los voluntarios intentaban cerrar la tranquera para que esta gente no ingresara, tanto la mujer como el hombre los amenazaban: “Te voy a matar”, “vos no vas a dormir nunca más”, fueron algunas de las expresiones que escucharon. Y luego, Malen recibió un golpe de puño en la costilla izquierda.

“Empecé a sentir mucho dolor y estábamos todos temblando. Tenemos miedo de que vuelvan”, comentó la joven, todavía en shock por la situación que le tocó atravesar. 

Finalmente, Pisen señaló que “Es muy difícil cuando las personas entran agresivas, les pedimos que se retiren porque los animales se alteran también”.

Malen Pilsel