Las agujas del reloj se ubicaban sobre las 13:15 en ese 15 de abril de 2010 cuando la chimenea de la ex Cervecería Córdoba fue demolida.

Ese día y evento en particular se vio interpelado por el descontento de muchas personas que defendían lo que fue un ícono histórico para el barrio Alberdi y la ciudad en general.

Tal es así que al momento de la demolición la Policía debió enfrentar la resistencia de vecinos y ex trabajadores. De hecho, la demolición controlada estaba programada para las 11 pero se demoró algunas horas por las protestas.

Cerca de las 12, los manifestantes se enfrentaron contra el vallado y la Guardia de Infantería de la Policía, arrojándoles piedras y demás elementos contundentes. Sin embargo, no hubo heridos ni detenidos.

Tal fue el descontento general que el viceintendente de aquel momento, Carlos Vicente, quien se encontraba a cargo del Ejecutivo municipal, quiso postergar la demolición para formar una mesa de diálogo entre Euromayor, empresa propietaria del predio, y los vecinos y ex trabajadores.

Sin embargo, la empresa encargada de los explosivos indicó que los detonantes ya estaban colocados, por lo que era imposible dar marcha atrás con el procedimiento.

Es por eso que los protestantes debieron ver en vivo cómo los 50 metros de la construcción se vinieron abajo producto de la demolición programada.

La empresa Euromayor había tomado el control del predio de la ex Cervecería Córdoba, de 12 mil metros cuadrados, y habían planificado el proyecto de construir torres para unos 900 departamentos, el cual fracasó y no se llevó a cabo.