El femicidio de Nora Dalmasso es una de los crímenes más resonantes que tuvo Córdoba en su historia.

A 15 años de la causa, desfilaron cinco fiscales, numerosas hipótesis, imputados, un “perejil” y denuncias de vínculos con el narcotráfico y el poder político.

Actualmente, Marcelo Macarrón, esposo de Dalmasso, es el único acusado e imputado por  “homicidio calificado por el vínculo, alevosía y promesa remuneratoria”.

Se espera que en el primer trimestre de 2022 inicie el juicio en su contra. El fiscal Luis Pizarro dirige la investigación en su contra y sostiene que Macarrón, junto a otros cómplices, contrató a un sicario para asesinar a su esposa mientras él estaba jugando al golf en Uruguay.

Para Pizarro, Macarrón mandó a matar a Nora por “desavenencias matrimoniales y cuestiones económicas de la pareja”.

Esta es la historia de 15 años de impunidad, enredos y morbo que sigue resonando en la sociedad cordobesa.

La escena del crimen

Nora Dalmasso (51) era una mujer de la elite de Río Cuarto. Vivía en el barrio privado de Villa Golf de Río Cuarto junto a su esposo, el traumatólogo Marcelo Macarrón, y sus hijos, Valentina y Facundo Macarrón.

El domingo 26 noviembre de 2006, Nora Dalmasso fue encontrada semidesnuda y estrangulada con el lazo de su bata sobre la cama de su hija. 

Un vecino de la familia fue el primer testigo de la escena del crimen. Había entrado al domicilio a pedido de la madre de Nora, Delia “Nene” de Grassi, que estaba preocupada porque su hija no contestaba el celular.

A las horas, la policía y el Poder Judicial arribaron al lugar. Según la causa, la escena del crimen no fue preservada como debía. Incluso, el cura Jorge Felizzia, confesor de Nora, arribó al lugar y pidió a la Policía que tapara el cadáver por “pudor”.

Algunos datos que se desprendieron de las pericias 

En el cuello tenía el cinturón de una bata de toalla enredado y atado.

La muerte fue provocada por ahorcamiento.

La mujer habría muerto entre las 4 de la madrugada y las 9 de la mañana del sábado 25 de noviembre de 2006.

Mientras los medios de comunicación informaban sobre el hallazgo del cuerpo, Marcelo Macarrón estaba en Punta del Este, Uruguay, participando del torneo semi-senior del MERCOSUR de golf.

Facundo, quien tenía 19 años, estaba en la ciudad de Córdoba estudiando Derecho.

Valentina, con 15 años, estaba en un viaje de intercambio en Nueva York.

A partir de este momento, “Norita” pasó a estar en la primera plana de los diarios y Río Cuarto se convirtió en el escenario de todos los canales de noticias nacionales.  El fiscal Javier Di Santo quedó a cargo de una de las causas más resonantes de Córdoba.

La segunda muerte de Nora: juegos sexuales y violencia mediática

Río Cuarto fue un hervidero de periodistas en búsqueda de la “primicia” que devele algunas pistas o detalles sobre el crimen.

Entre rumores y trascendidos, surgió la versión de que Nora había muerto en un fallido juego sexual de ahorcamiento con un presunto amante. 

Los medios de comunicación tomaron este rumor y comenzaron a escarbar entre los vínculos familiares y amistades de la familia Macarrón. Las amigas de Nora Dalmasso no fueron la excepción y sugirieron en la investigación a Rafael Magnasco, un asesor de la secretaría de Seguridad, como amante de la fallecida. 

El hombre se presentó ante la justicia, fue imputado y en poco tiempo la acusación fue desestimada. Un “empresario francés” y un amigo de los Macarrón también fueron señalados como amantes entre todo el circo mediático.

La tercera muerte de Nora: el “perejil”

Meses más tarde, en febrero de 2007, la causa dio un giro y se detuvo a Gastón Zárate, un pintor que había trabajado en la casa de los Macarrón. La imputación sostenía que Zárate había abusado sexualmente de Nora y la había asesinado.

Con la noticia, más de dos mil personas marcharon en el “perejilazo” en defensa de Zárate. Vecinos de Río Cuarto afirmaron que era un “perejil”, alguien que se lo culpa de un crimen que no cometió.

En declaraciones a La Voz del Interior, el pintor denunció que policías lo amenazaron para que afirmara que él asesinó a Nora Dalmasso.

Sin prueba alguna que lo incrimine, el “perejil” fue sobreseído en 2011. 


La tercera muerte de Nora: la acusación contra Facundo Macarrón

Tras el fiasco del “perejilazo”, Facundo Macarrón, hijo de Nora, fue imputado por el fiscal Di Santi el 6 de junio de 2007. El joven de 19 años fue acusado como asesino de su propia madre.

El argumento del fiscal para la imputación es que en la escena del crimen se encontró rastros de ADN con el “haplotipo de cromosoma Y del linaje ascendente o descendente correspondiente con la familia Macarrón”.

Los rumores y acusaciones violentaron nuevamente la vida privada tanto de Nora Dalmasso como de su hijo. Se habló de abuso sexual del hijo contra de su madre y discusiones por la vida íntima de Facundo.

“Mi imputación también tuvo una clara motivación desde el peor de los prejuicios que lamentablemente al día de hoy subsiste en algunos despachos de los tribunales: como un acto de homofobia, pensar que por mi sexualidad ‘había algo raro'. Si no era yo, era mi ambiente gay, con supuesta tendencia hacia el delito. Fácil de explicar en una sociedad que para ese entonces no era tan abierta o comprensiva como es hoy”, había declarado Facundo en la única entrevista que brindó a los medios de comunicación.

El joven fue sobreseído un años después que el “perejil”. Sobre la presencia de ADN de un Macarrón en el cuerpo de Nora, Marcelo Macarrón había afirmado que había tenido relaciones sexuales con su esposa días antes.

Actualmente, Facundo tiene 33 años y se desempeña como jefe de Sección Consular, Política y Cultural de la embajada de la Argentina en Egipto.

9 años de impunidad

En 2015, el fiscal Javier Di Santo notificó su apartamiento de la causa al juez de Control de Río Cuarto, Daniel Muñoz.

En una carta al magistrado, el fiscal explicó: “puesta en sospecha mi imparcialidad con la interposición de una denuncia, en miras a garantizar su total transparencia, me veo en la obligación de no seguir entendiendo en lo relacionado al homicidio de Nora Raquel Dalmasso”.

El Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad Nacional de Río Cuarto había acusado al fiscal de "omisión de persecución a los delincuentes". En base a esto, el fiscal Julio Rivero abrió una investigación penal.

El fiscal también fue criticado por su falta de accionar en la investigación ya que el sobreseimiento de Facundo Macarrón, en 2012, había sido la última novedad de la causa.

La cuarta muerte de Nora: la acusación contra Marcelo Macarrón

En 2016, diez años después del crimen y casi un año de la renuncia de Di Santo, Daniel Miralles asumió como fiscal de 4ª Nominación en Río Cuarto.

Una de las primeras medidas del fiscal fue imputar a Marcelo Macarrón, esposo de Nora, por "homicidio calificado por el ví­nculo". Hasta ese momento, Macarrón era querellante de la causa y tenía una coartada, en el momento del asesinato estaba en Uruguay.

Sin embargo, el fiscal propuso una hipótesis improbable. Para Miralles, Macarrón jugó al golf en Punta del Este, viajó durante la madrugada del sábado en un “avión fantasma”, asesinó a su esposa y regresó al país oriental sin que sus amigos se enteraran.

Marcelo Brito, abogado de Facundo y Marcelo Macarrón, sostuvo que el planteo del fiscal era “absurdo”.

Un año después, Miralles fue apartado de la causa. Brito había recusado al fiscal por haber adelantado a los medios su accionar en el expediente. La Cámara del Crimen número 2 de Río Cuarto le dio la razón.

El fiscal subrogante Luis Pizarro quedó “provisoriamente” como instructor de la causa en 2018.

El flamante fiscal continuó con la imputación a Macarrón pero modificó la hipótesis. 

Para Pizarro, Macarrón habría aprovechado su ausencia y la de sus hijos para contratar a un sicario para matar a Nora Dalmasso. Para confundir a los investigadores, el sicario habría simulado que Nora habría tenido relaciones sexuales. 

El móvil del crimen habría sido “desavenencias matrimoniales y cuestiones económicas de la pareja”, según el fiscal.

Macarrón fue imputado por “homicidio calificado por el vínculo, alevosía y promesa remuneratoria”. El traumatólogo aceptó la imputación y se dispuso al juicio oral en octubre de 2019.

Debido a la falta de camaristas y la pandemia de COVID-19, la confirmación del inicio del juicio oral se demoró. A 15 años del crimen y con la prescripción de la causa en el umbral, el Poder Judicial confirmó que el juicio iniciará en algún momento del 2022.

El único condenado

El único penado por causas vinculadas al asesinato fue el periodista Hernán Vaca Narvaja.

A fines de 2018, el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba (TSJ)  ordenó al periodista indemnizar a los hijos de Nora Dalmasso por daños y perjuicios.

El monto era de 120 mil pesos más intereses. La indemnización fue por la difusión de datos vinculados a la intimidad y el honor de la madre de Facundo y Valentina.

Según el TSJ, los hijos eran menores de edad al momento del crimen y requerían de una protección especial ante la difusión de datos privados.

Sin embargo, en este año, el procurador fiscal ante la Corte, Víctor Abramovich Cosarín, indicó que debe revocarse el fallo contra Vaca Narvaja y se espera la resolución del máximo tribunal.

"Opino que las expresiones y las imágenes divulgadas, en las particulares circunstancias de este caso, y en atención a la modalidad con que fueron difundidas, no exceden el legítimo interés social que ampara la libertad de expresión", señaló Cossarín en su resolución.