Los familiares de las víctimas de la tragedia en Circunvalación, cuyo juicio terminó en una condena histórica contra Alan Amoedo, reclamaron que el poder judicial no aplique la "pedagogía de la muerte" en el juicio por el fallecimiento de Luciano Gassman en la ruta 9 a la altura de Río Segundo.

En diciembre de 2020 Gassman fue atropellado por un utilitario conducido por Gonzalo Soria quien iba borracho a más de 115 kilómetros por hora.

Justicia por Luciano

Soria llegó preso al juicio que comenzó la semana pasada en la Cámara 11ª del Crimen bajo una acusación de homicidio culposo.

Está carátula marca una diferencia sustancial con el juicio que terminó con una condena sin precedentes de 9 años contra Amoedo por las muertes de Agustín Burgos y Sol Viñolo además de las lesiones gravísimas que sufrió Fernanda Guardia.

Ver: Tragedia de la Circunvalación: en fallo histórico, condenan a Alan Amoedo a 9 años de prisión

"Ustedes no pueden seguir con la pedagogía muy concreta que implican sus resoluciones que bancan a homicidas. Es una 'pedagogía de la muerte' (así le llama la juventud en las escuelas). La violación flagrante de normas no puede seguir siendo premiada con la figura de la culpa, pariente de lo accidental", afirmaron en un comunicado los familiares de Viñolo, Burgos y Guardia.

El fallo Cámara Novena del Crimen contra Amoedo marcó un antes y un después en la Justicia argentina porque por primera vez un siniestro vial fue contemplado bajo la carátula de homicidio simple con dolo eventual.

Ver: Fiscal pidió 5 años y medio de prisión para conductor borracho que atropelló, mató y huyó

Pese a este antecedente la fiscal Fernando López Villagra mantuvo la acusación de homicidio culposo y pidió una pena de 5 años y 6 meses de prisión contra Soria.

La fiscal argumentó que no tenía "la certeza de que Soria haya salido a matar, no veo el dolo, no se puede torcer el derecho".

Sin embargo los familiares de las víctimas de la tragedia en Circunvalación remarcaron: "Cuando Gonzalo Soria decide conscientemente salir a manejar completamente borracho (en una ruta donde rige la ley de alcohol cero) y decide conscientemente acelerar hasta los 116,9 kilómetros por hora en un lugar donde la máxima regulada ¡es de 60! sabe y ha decidido convertir a su vehículo en un arma peligrosa, en un arma homicida. Ni hablar de lo grave que es el hecho que vio a las víctimas porque hizo señas de luces y tocó bocina e igual las embistió y luego se fugó. Entonces, cuando esto sucede, es inaceptable que un fiscal, en un claro mensaje de muerte, le diga a la sociedad que avala estas muertes absurdas y evitables".

El juicio por la muerte de Luciano Gassman marcará la primera sentencia de un caso resonante en Córdoba cuyas características se asemejan a la tragedia en Circunvalación.