Pese a que falta un año para que la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) resuelva dónde se jugará el Mundial 2030, ayer las sedes fueron oficializadas en el Congreso de la entidad, celebrado mediante videoconferencia.

Las sedes serán España, Portugal y Marruecos.

Pero Alejandro Domínguez, presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), se apuró en lanzar un anuncio antes de la formalización de la FIFA.

Es que la derrotada candidatura conjunta (que comprendía a cuatro países pero terminó excluyendo a Chile) se debía vender como triunfo. Y tener a los tres primeros partidos de la Copa que conmemorará el centenario de su primera edición suena a premio consuelo.

En la sede del organismo sudcontinental, en Luque, los presidentes de las asociaciones argentina, uruguaya y paraguaya fueron parte de una conferencia de prensa que sonó realista.

Claudio Tapia valoró la gestión de Domínguez, remarcando: “Era realmente muy difícil que Sudamérica tuviera el inicio de un mundial con tanta historia. Era imposible conseguir los votos y la inversión”

Cuando en Zúrich se emitió el comunicado de FIFA, se adjuntaron declaraciones de su titular, Giani Infantino, enmarcando el anuncio que inundaba nuestro país: “Habrá una celebración en Sudamérica y tres países sudamericanos (Uruguay, Argentina y Paraguay) organizarán cada uno un partido”.

Pese a que las voces sonaban de manera tripartita, Infantino fue claro: “El primero de estos tres partidos, por supuesto, se jugará en el estadio donde empezó todo, en el mítico Centenario de Montevideo”.

La melancolía uruguaya no entraba en las más de tres millones de personas que lo habitan.

En tierras paraguayas y entre risas, Robert Harrison, presidente de la APF, confirmó que las tres selecciones obtenían la clasificación al 2030, pero no hay certeza oficial. El comunicado de FIFA sólo certificó que “Marruecos, Portugal y España se clasificarán automáticamente de la asignación de plazas existente, sujeto a la finalización de un proceso de candidatura exitoso dirigido por la FIFA y una decisión del Congreso de la FIFA en 2024”.

Respecto a las sedes, Córdoba no perdió el tiempo al proponer y proyectar una ampliación en el estadio “Mario Kempes”, pero al propio Harrison se le escapó la palabra “Buenos Aires”. Los caminos siguen conduciendo al estadio de River Plate.

Infantino le sumó épica a un Mundial que tendrá “una huella global única”. Y amplió: “Tres continentes (África, Europa y América del Sur) seis países (Argentina, Marruecos, Paraguay, Portugal, España y Uruguay) dando la bienvenida y uniendo al mundo mientras celebramos juntos el hermoso juego, el centenario y la Copa Mundial de la FIFA”.

La otra mención del máximo organismo del fútbol ecuménico fue el llamado a países de Asia y Oceanía a las postulaciones para recibir la Copa en 2034. Los petrodólares y la familia real en Arabia Saudita, se sabe, se frotan los brazos y preparan documentos.