La polaca Iga Swiatek fue demasiado para la rosarina Nadia Podoroska, que no pudo con la potencia y los recursos de su joven adversaria, con la que claudicó por 6-2 y 6-1 en las semifinales del abierto de tenis de Roland Garrós.

Finalizó así el sueño de la argentina, que realizó un enorme torneo, ganando los tres partidos de la qualy y los otros cinco que le permitieron llegar a la penúltima instancia del principal torneo en polvo de ladrillo del mundo.

Su derrota se explica con lo que sucedió en forma similar en los dos sets del partido. Swiatek tuvo un comienzo arrasador. Sus golpes fueron letales. Por eso el 3.0 a su favor no extrañó, a pesar del esfuerzo inútil de la rosarina que devolvía lo que podía y que no alcanzaba a devolver los tiros imposibles de rechazar de su adversaria. 

Luego llegó una leve recuperación de Podoroska que se tradujo en su primer punto. Pero el desarrollo posterior siguió mostrando la superioridad de la europea, mucho más precisa en los golpes, siempre potentes y bien dirigidos. A eso se le sumó la imprecisión de su adversaria para ubicar sus disparos, el otro elemento fundamental para darle forma al marcador.

En el segundo set se acentuaron las diferencias. Podoroska continuó errática y con muy poca efectividad en sus golpes, repitiendo errores no forzados. Su rival, mientras tanto, aunque dejó de ser el aluvión del comienzo del encuentro siguió con un porcentaje de aciertos notoriamente alto.

Así llegó el final. Con Swiatek, de 19 años, atizando al poco público presente, instándolo a levantar el ánimo, dando un pequeño show de alegría en medio de la casi absoluta soledad del estadio.

Podoroska no tiene que lamentarse. Su participación hasta el partido de hoy fue sobresaliente. A partir de  Roland Garrós comienza una nueva etapa en su carrera deportiva.