Los clubes y jugadores mantienen sus medidas de prevención, como poner nombres a las botellas, alcohol en gel, acomodan mejor la utilería, cero saludos o distanciamiento social. 

En las alineaciones los jugadores se dan su espacio, no hay saludos con rivales, y cambiar camisetas al final del partido no hace falta porque en Nicaragua nunca fue costumbre.

Los futbolistas cuentan que ya no tocan paredes o respaldos en los estadios como antes, o tardan un poco más en las duchas, y cuando no hay una, las horas se les hacen largas para llegar a sus casas. 

Así transcurre cada jornada en el fútbol de Nicaragua.