En el recuerdo de los hinchas de Belgrano todavía mantienen en su cabeza aquella tarde de 2017 cuando perdió 3-2 ante un Temperley descendido y con ello la chance de entrar en la Copa Sudamericana, ya que muchos lo considerar el principio de la debacle que terminó con el descenso en 2019.

La cuenta de Instagram "Tienda 1905" invitó al entrenador de ese día, Pablo Lavallén, quien contó su experiencia en el Pirata.

¿Cómo llegaste?
Tuve una reunión con Armando Pérez en Buenos Aires y luego de eso se dio el contacto con Jorge Franceschi. Creo que había un plantel que podía sacar provecho y acepté la propuesta, por eso rápidamente viajé a Córdoba.

Fuiste uno de los técnicos que sacó más puntos después de Ricardo Zielisnki, ¿cómo encontraste al plantel en ese momento?
Me encontré con un equipo que estaba peor visto desde afuera que desde adentro. Encontré muy buena predisposición porque antes de agarrar el equipo tenía dudas, pero ya con el Gallego Méndez había mutado y tenía rasgos más parecidos a lo que yo pretendía, aún así fui con algunas preocupaciones porque no sabía si iba a prender la idea. Hubo a jugadores que le pedí disculpas porque los prejuzgué, caso Cristian Lema, quien tuvo un gran semestre. A la gente le costó un poquito más ver a Belgrano con la pelota más tiempo o un pase atrás para no perderla, es entendible porque lo de Ricardo fue muy bueno y efectivo.

Te tocó dirigir el último partido, ante Temperley, que no reflejó tu paso por Belgrano.
Fue algo raro, quizas hubo relax o errores. Encima en mi salida del club se armó un revuelo muy grande, pero hay cosas que no podía salir a decir a la prensa. Uno o dos meses antes de ese encuentro empecé a ver indicios que el equipo no se iba a reforzar como habíamos hablando anteriormente, ya que había gastado mucho dinero en la vuelta a Alberdi, que fue un acierto de la dirigencia. Con el tiempo se terminó cristalizando, no se reforzó, no tuvo un buen torneo y después reforzó pero ya no le dio para mantener la categoría. No podía decir en ese momento que me iba de Belgrano porque no me iban a reforzar el equipo, no había pasado y era futurología. Simplemente ese partido me cayó mal, el encuentro de Copa Argentina que no lo postergaron y sentí que no estaba siendo respaldado en lo que pretendía. La derrota no me predispuso para pensar, en caliente dije cosas que no fueron del todo claras, pero creo que con el tiempo se aclararon los motivos de mi salida.

¿Pudiste hablar con los dirigentes tiempo después sobre tu ida?
No la tomé en el último partido, la venía procesando. Todos los jueves me reunía con el presidente en un salón y hablábamos siempre de lo mismo, el club está bárbaro, pero ahora necesitamos el esfuerzo económico para fortalecer el equipo porque el hincha quiere ganar los domingos. Todo el proceso veníamos hablando de eso, pero en el último mes y medio no hubo la misma recepción sobre el tema. Me di cuenta que estaban buscando otro tipo de incorporaciones, uno tiene contactos y hablaba con periodista de la ciudad, representantes y gente de otros clubes que me decían "mirá que estan buscando un jugador nuestro" y era un club del ascenso. Todo se filtra. Después que me fui de Belgrano mantuve una relación con Sergio Villella, con de la Rúa y con Jorge Franceschi tuve una excelente relación. Ellos, cuando se dieron cuenta de mi reacción, un día Jorge me invitó a su casa. Cuando llegamos a las últimas fechas y no había nombres concretos, además del resultado ante Temperley, terminó explotando todo.

¿Volverías a Belgrano?
Sí porque es una institución modelo, lamentablemente le toca jugar hoy en la segunda categoría del fútbol argentino, pero tiene mejor infraestructura que muchos equipos de Primera División. Me sentí cómodo en club, lamenté mucho el fallecimiento de Oscar el utilero. Estuve muy contento y me adapté a la ciudad. Me dio mucha lástima y bronca irme. San Martín de San Juan y Belgrano fueron los equipos que más logré hacer que jueguen como me gusta.

¿Te arrepentís de haberte ido?
No, sino que me da bronca. Quizas si hubieran prometido algún refuerzo, hoy estaría ahí, pero yo cuido mi carrera porque soy un trabajador y trato que en el ámbito de mi trabajo vayan en crecimiento. Yo no lo siento como un hincha porque el hincha por su equipo mata. Cuando veo que las posibilidades de progreso como entrenador no van a ser posibles, ahí es donde tomo la determinación de salir de los clubes.

Lavallén volvió a referirse a la conferencia de prensa post partido de Temperley, cuando anunció la salida de Belgrano: "la volví a ver un millón de veces, lo que yo dije es que cierta parte de la gente que no estaba identificado con el estilo, no lo cuestiono porque la etapa más feliz del club fue con Ricardo Zielinski, y yo tengo otro estilo de juego. Me dolió que por ese partido se olvidó que habíamos cumplido el objetivo y se terminaron ensañando con algunos futbolistas como Lucas Acosta, a quien lo crucificaron, perdió la titularidad y su lugar en el club. Me dio bronca que un grupo no reconoció lo hecho y que 20 fechas atrás tenían miedo que descendiera".

¿Siempre te referiste al estilo de juego?
La gente se expresa primero por el resultado y luego por el estilo. A veces vas ganando 1-0, no tenes la pelota y la gente empieza a murmurar porque no está convencido. Lo dije varias veces, si tuviera que pedirle perdón a los hinchas de Belgrano, si se sintió mal, pero sabía muchas más cosas que ellos. Iría a Córdoba a pedir perdón a cada puerta, lamentablemente las cosas salieron como yo temía, con el descenso.

Vía:"Tienda 1905" - Exe Benegas