Finalmente Barcelona pegó el volantazo y despidió a Ernesto Valverde. El entrenador venía siendo muy cuestionado y la derrota ante Atlético Madrid por la Supercopa Española lo dejó afuera.

En su lugar asumió este martes Quique Setién, el ex entrenador de Betis de Sevilla, que rápidamente acordó su vínculo con la entidad catalana. Hoy dirigió los entrenamientos matutino y vespertino, y es presentado en sociedad por el presidente de la institución, Josep María Bertomeu.

Las cosas se facilitaron para el ingreso de Setién por varios motivos, pero por uno fundamental: siempre se mostró consustanciado con la historia futbolística del Barsa, con su juego y con algunos de sus principales referentes. Uno de ellos fue Johan Cruyff, de cuya gestión fue admirador en la década del 90, cuando el club de la ciudad condal ganó por primera vez la Liga de Campeones de Europa.

El otro es Lionel Messi, del que sólo ha mostrado admiración, al punto de considerarlo el mejor jugador del mundo por la vigencia de su talento. "Él viene demostrando que es capaz de hacer lo mejor y de hacerlo todos los domingos. Estaré siempre agradecido de haber coincidido con él en esta época. No he podido ver a Di Stefano, no he podido ver a Pelé, pero he podido ver a Messi".

Setién aceptó el reto con 61 años de edad, sin haber dirigido un equipo grande de Europa. Fiel a un estilo que respeta el trato del balón, siempre ha tenido al Barcelona como una referencia ineludible de buen juego.

La realidad del Barsa en el comienzo de su trabajo no es mala, más allá de sus últimos rendimientos. Está primero junto a Real Madrid de la liga española, empezará a jugar próximamente la Copa del Rey y enfrentará en octavos de final de la Liga de Campeones a Nápoli.

El objetivo mayor de la entidad de Cataluña es volver a ganar la Champions League, algo que se le niega desde 2015 cuando con Messi, Suárez, Iniesta y Neymar vencieron a Juventus y alcanzaron por última vez "La Orejona".