En medio de su gira europea, el ministro de Economía, Martín Guzmán, se reunió ayer a solas con el Papa Francisco, con quien dialogó a solas durante 45 minutos. Antes y después hubo encuentros con otros miembros de El Vaticano y de la embajada argentina y funcionarios italianos.

La foto compartida es interpretada como un guiño de Francisco al pedido de Guzmán ante el Fondo Monetario Internacional y el Club de Paris para refinanciar la deuda argentina.

Guzmán ya estuvo en Alemania y ahora sus próximas paradas serán España y Francia, donde tratará de convencer a las autoridades económicas para que avalen el reclamo argentino.

Más allá de la deuda con el Fondo, de unos 44 mil millones de dólares contraídos por la administración de Mauricio Macri, hay que sumarle los préstamos del Club de París. En mayo de este año vencerán 2.300 millones de dólares que Argentina ya anticipó que no está en condiciones de pagar.

Mientras Guzmán recorre importantes despachos europeos, en la Casa Rosada crecen las versiones sobre un posible desplazamiento del ministro de Economía si no logra resultados convincentes en el corto plazo.

Algunas fuentes del oficialismo nacional reconocen que hace ya un tiempo que Guzmán “debe lidiar con un frente de espesos nubarrones” que complica su futuro al frente del Palacio de Hacienda.

Hace algunos días, trascendió que “un hombre de la línea del gobernador bonaerense Axel Kicillof” podría ocupar el sillón de Guzmán, si éste termina dando un paso al costado.

De inmediato, se abrió una especie de danza de nombres propia de los mercado de compraventa de jugadores de fútbol. En la propia Casa Rosada se mencionaron como candidatas con chances a comandar esa área vital del Gobierno a la secretaria de Comercio, Paula Español y, con mayor fuerza, a la actual vicejefe de Gabinete, Cecilia Todesca.

Los problemas del economista se profundizaron cuando él se encontraba en Washington negociando la refinanciación de la deuda con el FMI. Precisamente en esos días la vicepresidenta Cristina Fernández cuestionó al organismo de crédito dominado por los Estados Unidos y dijo que la deuda era impagable. A los pocos días, el propio presidente Alberto Fernández se manifestó en el mismo sentido que la titular se Senado nacional.

Ahora, hay que ver cómo se configuran los futuros escenarios, en este contexto de pandemia que obliga a el mundo a desacelerar la producción para priorizar la salud de la población.