Lo que dicen los medios europeos del "caso Neymar", particularmente los españoles, es que ahora todo depende del PSG. Barcelona habría tirado toda la carne en el asador al ofrecer en cesión definitiva a Iván Rakitic y a Jean Clair Todibo, y a Ousmané Dembelé a préstamo, más una cifra que rondaría los 125 millones de euros.

La última respuesta del club parisino es que pretendería sólo dinero en efectivo, casi tanto como los 222 millones de euros que pagó hace dos años por la clásusula de rescisión de su contrato establecida por Barcelona para dejar ir al futbolista brasileño.

Neymar, ante esto, sólo espera, ansioso por saber su futuro, que deberá resolverse antes del final del 2 de setiembre próximo y que él preferiría que continuará en tierras catalanas.

Sucede que hay elementos para suponer que las negociaciones seguirán afrontando dificultades. En primera instancia, tanto Rakitic como Dembelé no estarían dispuestos a jugar en la entidad francesa y que Barcelona no tiene el dinero en efectivo suficiente como para satisfacer el requerimiento del club dueño del pase de Neymar.

Aun sabiendo que los tiempos apremian y que las alternativas de negociación parecen reducirse a cada minuto,  los dirigentes del actual campeón de España todavía tienen esperanzas que el capitán de la "Canarinha" vuelva al lugar en el que se consagró campeón de Europa en 2015.