El juez federal de Mar del Plata Santiago Inchausti  procesó al joven que viajó a Mar del Plata desde Córdoba a fines de junio al comprobarse que se hizo pasar por otra persona, para lo que exhibió documentación que no le pertenecía y una declaración jurada con datos falsos. Se le imputa ser autor de los delitos de violación de las medidas de seguridad previstas para prevenir la difusión de la pandemia, y por falsedad ideológica de un instrumento público. 

El magistrado dispuso además un embargo de un millón de pesos y el secuestro del vehículo marca Fiat en el que se realizó el viaje. Por otro lado, el amigo que le facilitó el vehículo y los papeles, fue acusado de partícipe necesario de dichos delitos y también embargado por la misma suma de dinero.

El joven llego a Mar del Plata el 20 de junio por la ruta 226, donde fue detenido en un control de tránsito. Allí, el viajero presentó el título del auto y una declaración jurada excepcional en la que manifestaba llegar a la ciudad balnearia para cuidar de un adulto mayor. 

Según la disposición vigente, el joven fue testeado en un laboratorio privado, y se le informó que debía cumplir con un período de 14 días de aislamiento preventivo.  La prueba que le hizo ese día resultó positiva para Coronavirus, por lo que las autoridades llamaron al teléfono de contacto que tenían, para informar la situación.  

Pero quien atendió el teléfono no fue el joven que había llegado a Mar del Plata, sino el verdadero dueño de la identidad, quien se encontraba en Córdoba.  A partir de allí, una investigación de la Fiscalía Federal 1 de Mar del Plata, determinó que el joven había utilizado el DNI, la cédula verde, la licencia de conductor y el vehículo de un amigo, con cuyos datos, además, había completado la declaración jurada. 

Según la investigación, el joven había alquilado un departamento en la ciudad feliz para pasar unos días de descanso junto a su novia. 

Inchausti consideró probado que el viajero “hizo insertar datos falsos en una declaración jurada para obtener el certificado excepcional de circulación”, y que “se identificó ante personal de control sanitario, municipal, policial y personal del laboratorio (con el nombre de su amigo)”. 

Para el juez, el amigo cumplió un rol sin el cual no se podría haber cometido el delito. “Recordemos que le brindó toda la documentación necesaria para trasladarse, eludir controles y también el propio medio de transporte”, señaló Inchausti. 

Fuente: Fiscales.gob.ar