Estados Unidos sigue siendo el centro del mundo. La mejor selección extendió su hegemonía al derrotar en la final del Mundial a Holanda por 2-0.

Megan Rapinoe, con un penal señalado a instancias del VAR, y Rose Lavelle marcaron los goles que permite a las “Barras y Estrellas” levantar su cuarto título y revalidar el que poseía de cuatro años atrás. Nadie antes había sido capaz de lograrlo.

Las de Jill Ellis volvieorn a demostrar que están algunos peldaños por encima del resto, aunque las distancias siguen reduciéndose. Más pronto que tarde, el continente europeo será el mayor beneficiado. Poco se le puede reprochar a Holanda en uno de sus mejores partidos del campeonato. Fue capaz de aguantar la mirada al gigante durante una hora hasta que hizo acto de presencia el VAR. Todo le sonríe a Estados Unidos en esta Copa del Mundo y la final no volvió a ser una excepción.

Como se espera tratándose de una final, las dudas en el once por los problemas físicos de uno y otro equipo quedaron disipadas cuando se dieron a conocer las alineaciones. Megan Rapinoe y Lieke Martens, seguramente las futbolistas más decisivas del campeonato, jugaron de inicio. Sin embargo, se vio poco de ambas, por más que la primera volvió a demostrar su sangre fría desde los once metros.

Jill Ellis sacó su once de gala, mientras que Sarina Wiegman se guardó la carta van den Sanden en el banquillo. Es cierto que la extrema del Lyon está lejos de su mejor versión, por lo que la titularidad de Beerensteyn estaba de sobras justificada. El cambio de Holanda estuvo en el dibujo. Beerensteyn abandonó la banda y acompañó a Miedema arriba. Un 4-4-2 para intentar contener las embestidas de Estados Unidos. Le funcionó al principio, superando la barrera psicológica de los 12 minutos. Todas las rivales de las estadounidenses durante el torneo habían sucumbido a ese vendaval inicial transformado en gol antes de ese minuto.

Empezó bien Holanda con el balón. No transmitía sensación de peligro arriba, pero se ganó pronto el respeto del gigante debido a su alto nivel de intensidad. Tremendo el desgaste físico de la primera mitad. No había nada que perder contra la favorita. Con el paso de los minutos la balanza se inclinó poco a poco a favor de Estados Unidos. Empezó a pesar la artillería de las de arriba: el regate de Heath, los centros de Rapinoe y los disparos de Morgan.

Todas ellas chocaron con el escudo antimisiles fabricado por Van Veenendaal. Decisiva contra Suecia en semifinales, la arquera volvió a exhibirse. En un corto intervalo de tiempo tuvo que sacar manos de todos los colores; dos remates a Ertz y dos a Morgan, el primero ayudado con la madera. Lo mejor para Holanda fue que llegara el descanso.

Con tanta desventaja en el marcador, el resto de encuentro fue una tortura para una Holanda sin fuerzas. Sólo van Veenendaal evitó que las campeonas revalidaran el título con un resultado sangriento.

Estados Unidos incluso tuvo tiempo de rendir homenajes. Minutos para Carli Lloyd en su último Mundial. No será la única ausente dentro de cuatro años para esta generación sensacional que ha demostrado que el fútbol en las mujeres sigue siendo soccer cuando hablamos de un Mundial.

Final Fútbol Femenino: Estados Unidos, reina del mundo por cuarta vez