La Cumbre del Clima de Glasgow acaba de alumbrar un acuerdo, impulsado por la Unión Europea y Estados Unidos y suscrito por más de un centenar de países, por el que todos se comprometen a reducir las emisiones de metano (CH4) en un 30% de aquí a 2030.

La iniciativa incluye una serie de normas sobre la perforación para la obtención de petróleo y gas, así como sobre los oleoductos (sector responsable del grueso de las emisiones mundiales). Glasgow marca un hito en este sentido, porque por primera vez en la historia reciente, una COP acoge un evento importante sobre el metano, con 103 países, entre ellos 15 grandes emisores, como Brasil, Nigeria y Canadá, que han firmado este Compromiso Mundial sobre el Metano.

El centenar de países que lo suscribe, incluido el nuestro, da cuenta del 40% de las emisiones mundiales de metano y  del 70% del PIB mundial, según detalla Comisión Europea en un comunicado oficial.
China, India y Rusia no se han sumado al pacto conocido como Global Methane Pledge (Compromiso Global del Metano).
De diversas formas, se viene presionando a estos países para que tomen compromisos sobre el problema. Recientemente, imágenes satelitales de la NASA mostraron las fugas de metano en instalaciones rusas.

Biden se quiere mostrar

En su esfuerzo por presentar a Estados Unidos, uno de los países más contaminantes del mundo, como el paladín de la defensa ambiental, su presidente Joe Biden, implementa este plan para controlar el metano, considerado por varios países como la forma más potente de combatir la crisis climática a corto plazo, coincidiendo con planteos científicos que se publicaron en agosto.

Biden estableció el martes para su propio país nuevas medidas regulatorias para cumplir con el compromiso de limitar las emisiones globales de metano en un 30% desde los niveles de 2020 para fines de la década.

Muchas de las medidas regulatorias no requieren la aprobación del congreso norteamericano, lo que le da a Biden la posibilidad de implementar propuestas efectivas a corto plazo, pese a la paralización del Congreso por el empate entre republicanos y demócratas. Se estima que la industria del petróleo y el gas son responsables del 30% de las emisiones de metano en aquel país.

Entre otras, se restablecerá una regla de la Agencia de Protección Ambiental derogada por Donald Trump, que regula la detección y reparación de fugas en la industria petrolera y se aplicará por primera vez a las nuevas operaciones de gas, incluida la regulación del gas natural producido como subproducto de la producción de petróleo que se está venteando.

El acuerdo general no menciona medidas concretas para la reducción del metano originado en la actividad ganadera, la segunda fuente más significativa de gases de efecto invernadero (GEI) en el mundo y la primera en Argentina.