Con rapidez, el gobierno de Cuba respondió a una solicitud de los gobiernos del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, que habían solicitado permiso para atracar el crucero MS Braemar.

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En “tiempos de solidaridad”, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, autorizó a que la unidad de la línea Fred Olsen llegue en principio al puerto de La Habana, después de que en Bahamas se le negara tal posibilidad.

En la embarcación hay cinco casos confirmados de coronavirus, y otras 43 personas en aislamiento por haber mantenido contacto de cercanía o presentar síntomas de gripe. Viajan, en total, 680 pasajeros y 380 tripulantes, de 12 nacionalidades distintas.

El gobierno de Cuba aduce “entender la salud como un derecho humano”, y por eso apunta a “reforzar la cooperación internacional para hacer frente a nuestros desafíos comunes, valores que son inherentes a la práctica humanista de la Revolución y de nuestro pueblo".

Desde tierras cubanas, serán atendidos bajo protocolos establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las más de mil personas serán trasladadas vía aérea.