Equipos de bomberos y forenses continuaban este domingo las tareas de búsqueda y recuperación de víctimas mortales de la ola de incendios que arrasó en las últimas dos semanas Oregón y California. El centenar de fuegos activos que llegó a haber de forma simultánea se redujo a unos 60. Las dos zonas donde se concentra la búsqueda de cadáveres son pedanías rurales arrasadas en cuestión de horas en los alrededores de Medford, en el sur de Oregón, y Chico, en el noreste de California. La cifra de cadáveres recuperados de los incendios se situaba en al menos 24, la mayoría en California.

Más de 1,2 millones de hectáreas ardieron en California desde que comenzó la ola de incendios a raíz de una tormenta eléctrica a finales de agosto. Es un récord absoluto que supera en más de 20 veces el anterior. Uno de los incendios, un fuego con múltiples focos llamado August Complex, quemó 342.700 hectáreas hasta el domingo y ya es el más extenso de la historia del Estado, aunque la situación es tan dramática que el dato pasa prácticamente desapercibido. El anterior récord era de 2018. El tercer y el cuarto incendio más grandes de la historia son también de este año y siguen activos. Entre California, Oregón y el Estado de Washington, en la costa Oeste ya ha ardido una superficie equivalente al Estado de Nueva Jersey.

En los alrededores de Medford, Oregón, las autoridades llevan cuatro días advirtiendo que no saben cuántos muertos hay bajo las cenizas de varios pueblos arrasados por las llamas en un incendio repentino del que muchos vecinos de pedanías rurales supuestamente no pudieron escapar. Una situación parecida se vive en los alrededores de Salem, al sur de Portland, escenario de uno de los incendios más grandes. El director de Emergencias de Oregón, dijo que se están preparando para que esto sea un “suceso con múltiples víctimas” cuando tengan acceso a todas las zonas dañadas. La gobernadora también lleva días advirtiendo que habrá más muertos. Al menos 60.000 personas han sido evacuadas de sus casas en Oregón y hasta 500.000 viven en zonas amenazadas.

Las fuertes rachas de viento que llevan días avivando los fuegos dieron un respiro el fin de semana, que los bomberos trataban de aprovechar para ganar metros de contención. Sin embargo, la previsión es que vuelva a soplar en los próximos días, sin ninguna posibilidad de lluvia en el horizonte cercano. La ola de calor, el tercer factor que se juntó al viento y los rayos para iniciar un centenar de fuegos a la vez, ya disminuyó.

Los incendios están provocando también niveles de peligrosidad en el aire sin precedentes en muchos lugares de la costa Oeste, donde no se puede ver el sol. Áreas costeras y rodeadas de naturaleza como Portland, Vancouver y Seattle tuvieron el sábado la peor calidad del aire del mundo, según el portal IQair. San Francisco o Los Ángeles están registrando peor calidad del aire que Pekín.

Mientras decenas de miles de personas duermen fuera de sus casas sin saber si volverán a ellas, de las cenizas comienza a salir un nuevo tema de campaña electoral. Los tres Estados afectados son la muralla demócrata del Oeste. Los tres gobernadores son demócratas, los legislativos tienen mayoría demócrata y los seis senadores son demócratas. Todos han salido en estos días a culpar al cambio climático de que cada vez sean peores los incendios. Donald Trump, cuyo récord en este asunto ha sido revertir sistemáticamente cualquier avance medioambiental, ha dicho que es mala gestión de los bosques. Trump visitará California el lunes. El choque en los próximos días está servido.