El exconsejero de la Casa Blanca Steve Bannon, arquitecto de la campaña presidencial de Donald Trump hace cuatro años y estratega jefe de su Administración a su llegada a la Casa Blanca, fue arrestado este jueves, junto a otras tres personas, acusado de estafar a los donantes de una campaña online de recaudación de fondos para la construcción el muro en la frontera con México prometido por el presidente Trump.

Los fiscales federales alegan que Bannon (Norfolk, Virginia, 1953) y los otros acusados “orquestaron una argucia para defraudar a cientos de miles de donantes”, en el marco de una campaña de recaudación de fondos en Internet, creada en diciembre de 2018 y llamada We Build The Wall (nosotros construimos el muro), que logró recaudar más de 25 millones de dólares para levantar el muro fronterizo. Los acusados, según la fiscal interina de Manhattan Audrey Strauss, “se aprovecharon del interés [de los donantes] por financiar el muro fronterizo para obtener millones de dólares, bajo el falso pretexto de que serían gastados en la construcción”.

Steve Bannon es un personaje clave en el auge de la derecha populista en los últimos años. Fue uno de los fundadores de la web de noticias Breitbart News, en 2007, que él mismo definió como “una plataforma de la derecha alternativa”, ese movimiento de extrema derecha y nacionalismo blanco que contribuyó a llevar a Donald Trump a la Casa Blanca.

Estuvo en el consejo de Cambridge Analytica, la turbia compañía implicada en el escándalo de recolección de datos de Facebook para fines electorales, que desplegó sus controvertidas técnicas en la campaña del Brexit, en el Reino Unido, en la campaña presidencial de 2015 en Argentina y en la republicana de 2016. En mayo de ese año fue nombrado jefe de la campaña de Trump y, cuando este llegó a la Casa Blanca, le nombró estratega jefe de su Administración. Fue despedido en agosto de 2017, y contó el caos de aquellos primeros meses de la Casa Blanca de Trump en el libro de Michael Wolff “Fuego y furia”. Desde entonces, ha prestado su apoyo a candidatos conservadores que desafían al establishment republicano en Estados Unidos, y trató, sin tanto éxito como en su país, de organizar un movimiento populista de derechas cohesionado por Europa.

Consultado por los periodistas en el Despacho Oval, Trump tomó distancia de Bannon, pero ha expresado cierta simpatía por su ex-asesor. “Me siento muy mal”, ha dicho. “No he estado en contacto con él durante un largo periodo de tiempo”. El presidente ha asegurado que pagar de manera privada por la construcción del muro le parece “inapropiado”. “No me gusta el proyecto, esas son actividades para el gobierno”, ha dicho.

Su hijo Donald Trump Jr., sin embargo, promociona públicamente la campaña We Build The Wall, a la que se refiere como “una iniciativa privada en su mejor exponente”. “Lo hacen mejor, más rápido y más barato que nadie. Lo que están haciendo es asombroso”, puede leerse en la página oficial del sitio.

Así luce a esta hora el portal con el que se recaudaron los fondos defraudados
Así luce a esta hora el portal con el que se recaudaron los fondos defraudados

Este jueves por la tarde, Bannon compareció por vídeo, las manos esposadas, ante un tribunal federal de Manhattan y se declaró no culpable. Le impusieron una fianza de cinco millones de dólares y restricciones para salir del país. Los otros tres detenidos son Brian Kolfage, veterano de la Fuerza Aérea de 38 años y de Florida; el financiero Andrew Badolato, de 56 y también de Florida, y Timothy Shea, de 49 años, procedente de Colorado.

Los acusados, apunta la fiscal, prometieron a los donantes que su dinero no iría a pagar “salarios ni compensaciones”, sino que se destinaría enteramente a la construcción del muro que el presidente quiere levantar para tratar de impedir la inmigración ilegal desde México. Pero la promesa a los donantes era falsa, sostiene el Estado, y los acusados se repartieron, a través de organizaciones interpuestas y tapaderas, parte del dinero recaudado. Según ha explicado la fiscalía en una nota de prensa, Bannon se embolsó más de un millón de dólares a través de una organización sin ánimo de lucro que controlaba, y Kolfage recibió más de 350.000 dólares.

“Sus donaciones tendrán un impacto directo”, dice todavía hoy la web de la campaña We Build The Wall. Pero parte del impacto, según la acusación, era en los bolsillos de los organizadores. El plan que idearon los acusados, siempre según la Fiscalía, servía para desviar pagos de la campaña a sus bolsillos, ocultando los movimientos a través de facturas falsas de la organización de Bannon y otras empresas tapadera. Aseguraron a los donantes, según explica la fiscalía en su nota de prensa, que no se embolsarían “ni un penique como salario o compensación” y que “el 100% de los fondos recaudados” se utilizaría para la construcción del muro. “Somos una organización de voluntarios”, dijo Bannon.

La campaña se vende en su página web como el primer muro en la frontera construido con fondos privados. Aseguran que llevan recaudados o comprometidos 25 millones de dólares, que tienen 160 kilómetros de muro listos para construir y que cuentan con 500.000 donantes. El proyecto, explican, es “de construcción 100% estadounidense”. La empresa, basada en Florida, está exenta del pago de impuestos federales, como determina una carta del Departamento del Tesoro compartida en su web. “Solo podremos construir este muro con su ayuda y sus donaciones”, dice en un vídeo Kolfage, sentado en una silla de ruedas. Kolfage perdió las dos piernas y la mano derecha en un ataque con un misil en Irak en septiembre de 2004, tras el que fue condecorado.

We Build The Wall permite, entre otras cosas, comprar por 100 dólares (algo más de 84 euros) un ladrillo para el muro en el que se inscribe el nombre del donante. “Usted no durará para siempre, pero su ladrillo sí”, dice un empleado en un vídeo. “Llevo dos décadas implicado en tratar de detener la inmigración ilegal. Trabajar con We Build de Wall para levantar el primer muro construido de manera privada ha sido la cosa más significativa. Este muro ha impedido que una enorme cantidad de inmigrantes y drogas se introduzcan en Estados Unidos”, explica, en otro vídeo en la web, Kris Kobach, secretario de Estado de Kansas entre 2011 y 2019.

Bannon fue arrestado a primera hora de la mañana, según fuentes policiales, a bordo de un yate de 46 metros de eslora, valorado en 35 millones de dólares, en la costa de Westbrook, Connecticut. Agentes del Servicio de Inspección Postal y de la fiscalía de Manhattan, en colaboración con la Guardia Costera, abordaron la embarcación, propiedad del empresario chino exiliado Guo Wengui.

Los acusados estafaron, según la Fiscalía, a los suyos. A aquellos que estaban dispuestos a dedicar su dinero a la creación del muro en la frontera que, asesorado por Bannon, prometió el hoy presidente de Estados Unidos. “No solo mintieron a los donantes, maquinaron para ocultar su malversación de fondos creando facturas falsas y cuentas para blanquear donaciones y ocultar sus delitos, sin mostrar respeto alguno por la ley o la verdad”, asegura el inspector Philip Bartlett. “Este caso debe servir como advertencia para otros estafadores de que nadie está por encima de la ley, ni siquiera un veterano de guerra discapacitado o un millonario estratega político”.

La detención de Bannon, aunque se debe a sus actividades después de la campaña presidencial, supone el segundo golpe esta semana al equipo de personas que llevó a Trump a la Casa Blanca. Paul Manafort, a quien Bannon sustituyó como jefe de la campaña de Trump, ha sido señalado nada menos que por el Comité de Inteligencia del Senado, en manos republicanas, como una de las piezas más importantes de la operación llevada a cabo por Rusia para injerir en las elecciones presidenciales. El consultor político, dice el informe del Senado, “representó una grave amenaza de contrainteligencia” debido a su relación con el espía ruso Konstantin Kilimnik. Esa relación, explican los senadores, fue “el lazo más directo entre la campaña de Trump y los servicios de inteligencia rusos”.

El arresto de Bannon y la publicación del informe del Senado que señala a Manafort se producen la semana antes de que el hombre al que ayudaron a llegar a la Casa Blanca, Donald Trump, sea oficialmente nominado por el Partido Republicano para luchar por un segundo mandato en las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre. Ambos engrosan, junto al exconsejero de Seguridad Nacional Michael Flynn y el abogado Michael Cohen, la ya nutrida lista de asesores de Trump que han sido acusados de delitos federales.