Estados Unidos es el mayor responsable del mundo en la generación de desechos plásticos y necesita urgentemente una nueva estrategia para frenar la gran cantidad de plástico que termina en los océanos, según un reciente informe presentado al gobierno federal.

Los desechos plásticos han aumentado drásticamente en los EE. UU. desde 1960, y el país ahora genera alrededor de 42 millones de toneladas de residuos plásticos al año, lo que equivale a aproximadamente a 130 kg de desechos generados al año por persona. A modo de comparación: en Argentina, una estimación actualizada indica que cada habitante genera unos 62 kg  de desechos plásticos al año, menos de la mitad.

El total de USA suma más que todos los países miembros de la Unión Europea juntos. La cantidad total de desechos municipales generados en los EE. UU. también es de dos a ocho veces mayor que en países comparables de todo el mundo, según el informe.

Estados Unidos, a diferencia de Europa, apostó a la iniciativa privada como forma de resolución del problema de los desechos pero allí claramente la infraestructura de reciclaje no ha podido seguir el ritmo del enorme crecimiento de la producción de plástico.

Tirar basura y eliminar de forma ineficaz los residuos en vertederos ha provocado que hasta 2,2 millones de toneladas de plástico de todo tipo, desde botellas y pajitas hasta envases y films, se "filtren" al medio ambiente cada año. El desperdicio total puede incluso ser mayor debido a la falta de datos al rastrearlo.

De este modo, Estados Unidos es responsable del 25%  de los  8,8 millones de toneladas de desechos plásticos que ingresan al medio marino en todo el mundo cada año. La cifra es equivalente a tirar un camión de basura lleno de plástico al océano por minuto. Si continúan las tendencias actuales, los científicos han estimado que este total podría aumentar a 53 millones de toneladas anuales para 2030, que es aproximadamente la mitad del peso de todos los peces capturados en los océanos a nivel mundial cada año.

“Los desechos plásticos son una crisis ambiental y social que EE. UU. debe abordar de manera afirmativa desde su producción y hasta el mar”, dijo Margaret Spring, directora científica y de conservación del Acuario de la Bahía de Monterey. Spring presidió el comité de expertos que compiló el informe ordenado por el Congreso a la Academia Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina.

Spring agregó: “Los desechos plásticos generados por los EE. UU. tienen muchas consecuencias, impactando a las comunidades costeras y del interior, contaminando nuestros ríos, lagos, playas, bahías y vías fluviales, colocando cargas sociales y económicas en las poblaciones vulnerables, poniendo en peligro los hábitats marinos y la vida silvestre y contaminando aguas de las que dependen los seres humanos para su alimentación y sustento”.

El informe del comité recomienda que se exija una nueva estrategia nacional para fines del próximo año para detener el flujo de plásticos en el océano. La estrategia, dice el informe, debe apuntar a recortar la producción de plástico, particularmente de plásticos no reutilizables o reciclables, ayudar a promover materiales alternativos que se puedan reutilizar y establecer mejores estándares para la recolección y captura de desechos.

Las tendencias internacionales e industriales más amplias influirán en cualquier esfuerzo por reducir la contaminación plástica. Estados Unidos, junto con muchos otros países desarrollados, solía "barrer bajo la alfombra" su problema de residuos enviando plásticos a China, pero estas importaciones fueron detenidas por el país asiático en 2018. Esto ha llevado a un aumento de los residuos plásticos enviados a otros países, como Vietnam y Tailandia, y buena parte del excedente se quema en vertederos domésticos que no pueden hacer frente al gran volumen de desechos.

Mientras tanto, la industria de los combustibles fósiles está considerando una gran expansión en la producción de plástico, que ya insume un 5% del petróleo que se extrae. La industria petrolera ve su negocio principal amenazado debido a las preocupaciones sobre la crisis climática y espera seguir canalizando cantidades crecientes en la producción de plástico nuevo. Sin medidas de mitigación, el diluvio en los mercados se transformará en una inundación de plásticoen las vías fluviales, las playas y los océanos en los próximos años.

“Existe una urgencia en el tema porque la producción está aumentando, la generación de desechos está aumentando y, por lo tanto, los impactos de las fugas también tienen el potencial de aumentar”, dijo Jenna Jambeck, miembro del comité científico que redactó el informe.

Por un cambio profundo

El informe coincide con la reciente publicación de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de la primera "estrategia nacional de reciclaje" de Estados Unidos, que tiene como objetivo lograr una tasa de reciclaje del 50 por ciento para fines de la década.

El documento se presentó el pasado 22 de noviembre, Día Nacional del Reciclaje, el mismo día que el presidente Biden firmó un ambicioso proyecto de ley de infraestructura que incluye 350 millones de dólares para subvenciones para residuos sólidos y reciclaje.

La administración demócrata sigue apostando a la iniciativa privada, ahora con apoyo estatal. El concepto de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) funciona en los países que lo vienen implementando, con medidas que obligan a las empresas a cumplir metas y con multas para los que no cumplen. Es difícil suponer que sin medidas obligatorias, la nueva estrategia vaya a cambiar radicalmente el panorama.