El derrame de 6.300 barriles de petróleo en la Amazonía ecuatoriana ha causado que el crudo llegue a zonas protegidas, causando un gran desastre ecológico. El ministro del Ambiente de Ecuador, Gustavo Manrique, ha señalado que una mancha de crudo ha sido reportada en Añangu, en el Parque Nacional Yasuní.

El informe del Ministro coincide con lo ya dicho por las comunidades indígenas que han estimado que el último derrame ha afectado al menos 300 kilómetros, desde la zona donde el oleoducto se rompió hasta la entrada al área intangible del Yasuní.

Antes, el Ministerio de Ambiente ya había informado que este derrame ha afectado a más de 21 metros cuadrados incluyendo la zona del Parque Nacional Cayambe Coca, conocido por ser hábitat de varias especies protegidas y reconocido porque la Reserva protege una de las principales provisiones de agua del país. El ministro Manrique ha resaltado que la afectación en el Cayambe Coca es mínima.

Además, el crudo ha contaminado las fuentes de agua y alimentación de cientos de comunidades indígenas pues el derrame llegó a los afluentes del Río Coca. Según Nemo Andi, dirigente de Mujer y Salud de la Confederación de las Nacionalidades Indígenas de la Amazonía (Confeniae), el último derrame de petróleo afectó a al menos 60.000 personas, y a animales como peces que son parte de la dieta de los indígenas.

La empresa del Oleoducto de Crudos Pesados ha recuperado, a través de distintos mecanismos, 5.300 barriles y quedan 1.000 por rescatar. Los trabajos de limpieza en la zona continúan.

El pasado 28 de enero, se produjo la rotura del Oleoducto de Crudos Pesados. Una roca de dos metros habría caído sobre la tubería, provocando que esta se rompa y que el petróleo se disperse. La zona donde ocurrió el hecho está deteriorada como parte de la erosión regresiva del Río Coca, ocasionada por la construcción de una represa china que ha presentado varias fisuras.

Ante la mancha de crudo que llegó hasta el Parque Yasuní, los funcionarios del parque solicitaron a Petroecuador que brinde los materiales necesarios para detener el avance del petróleo.

Con más de 1 millón de hectáreas, el Yasuní es uno de los espacios más biodiversos del planeta. El Yasuní está dividido en el Área Protegida del Parque Nacional Yasuní, la Zona Intangible, el Área de Amortiguamiento y la Zona de Explotación Petrolera.

De acuerdo con la información del Ministerio del Ambiente, el Yasuní es el área protegida más grande del Ecuador continental. Está ubicado a 250 kilómetros de Quito, la capital del país, en el corazón del bosque húmedo tropical amazónico. El Parque Nacional Yasuní es el hogar de comunidades indígenas de las nacionalidades Waorani y Kichwa. Además en sus recónditos bosques transitan los Tagaeris y Taromenanes, dos pueblos indígenas que viven en aislamiento voluntario.

Tal es la protección del Yasuní que incluso esta semana la Corte Constitucional del Ecuador declaró la inconstitucionalidad de varios artículos del Decreto 751, que permitían la explotación en una franja de amortiguamiento de la zona intangible en el Parque Nacional Yasuní.

El Ministerio del Ambiente ha anunciado acciones legales para sancionar los daños causados por el derrame. Desde la Cartera de Estado se indicó que la empresa del Oleoducto de Crudos Pesados tiene 15 días para realizar sus descargos sobre el derrame a través del envío de documentación del respaldo al Ministerio. El ministro Manrique ha anunciado que, en este caso, se podrían iniciar acciones administrativas y también procesos de acción civil.

Esta no es la primera vez que hay un derrame de crudo. Una investigación periodística de Plan V, reveló que en el 2020, la frecuencia de derrames en la Amazonía fue de casi dos semanales. Entre 2015 y junio de 2021, se han registrado 899 derrames petroleros.

En 2020, se derramaron 15.800 barriles en la selva ecuatoriana. En ese entonces, un socavón, también causado por la erosión regresiva, produjo otra rotura de los oleoductos que transportan al petróleo ecuatoriano. De acuerdo con Amazon Frontlines, ese derrame ha sido el peor derrame de petróleo del Ecuador en más de una década. Como consecuencia, más de 27.000 indígenas kichwa que viven a orillas de los ríos Coca y Napo en Ecuador, han pasado casi dos años sin agua potable, sin alimentos, sin salud y sin un ambiente saludable.