El grupo de viajes británico Thomas Cook, el segundo operador turístico mundial y el más antiguo del mundo, entró en cesación de pagos tras haber fracasado las negociaciones de emergencia con su principal accionista y sus acreedores para lograr un rescate, según ha confirmado este lunes la Autoridad de Aviación Civil británica (CAA).

La compañía, que emplea a 22.000 personas —9.000 sólo en Reino Unido—, "ha cesado sus operaciones con efecto inmediato", según ha indicado el regulador en un comunicado, y tiene actualmente de vacaciones a 600.000 turistas atrapados en lugares de todo buscando cómo regresar a casa.

La empresa, con 178 años de historia, quebró tras no poder asegurar los 250 millones de dólares que necesitaba como fondos extra para poder garantizar su supervivencia tras una jornada completa de reuniones cruciales mantenidas en Londres.

"Todas las reservas del Grupo Thomas Cook, que incluyen los vuelos y las vacaciones, han sido canceladas", ha explicado la CAA en la nota. El grupo ha anunciado en Twitter su quiebra: "Sentimos anunciar que Thomas Cook cesará su actividad con efecto inmediato. Esta cuenta será monitorizada. Por favor, visita thomascook.caa.co.uk para más consejo e información".

https://twitter.com/ThomasCookUK

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El director de la compañía, Peter Fankhauser, también se ha disculpado en un comunicado: "Me gustaría pedir perdón a nuestros millones de clientes, miles de empleados y socios que nos han apoyado durante tantos años".

La quiebra del operador británico, inventor del paquete “all inclusive”, no fue capaz de adaptarse a los nuevos hábitos de los viajeros. La empresa cuenta con un total de 3.150 en todo el mundo y es particularmente importante en el turismo español con una capacidad de 11.500 habitaciones sólo en ese país.

El Gobierno de Boris Johnson ha dispuesto que se inicie un programa de repatriación durante las próximas dos semanas, que comenzará este lunes y durará hasta el próximo 6 de octubre a fin de devolver a los turistas de este país al Reino Unido.

Downing Street ha dado la orden de que un elevado número de funcionarios sean relevados de sus funciones en los distintos departamentos ministeriales y destinados a atender a los pasajeros afectados en distintos aeropuertos Johnson ha explicado que el Ejecutivo ha rechazado rescatar a la compañía por 250 millones de dólares porque hacerlo habría supuesto un "precedente de riesgo moral".

"Es un momento muy difícil y estamos con los clientes de Thomas Cook, la gente de vacaciones que se enfrenta ahora a dificultades para volver a casa, y haremos lo posible por traerlos", ha dicho Johnson en Nueva York, donde se encuentra con motivo de la cumbre del clima de la ONU.

"Debido al número sin precedentes de clientes británicos que actualmente se encuentran de vacaciones y que han resultado afectados por la situación, la CAA ha asegurado una flota de aviones de todo el mundo para traer a los pasajeros de vuelta al Reino Unido", señaló la CAA en la nota.

El ministro de Transporte británico, Grant Shapps, anunció que el Ejecutivo y la CAA dispondrán decenas de vuelos chárter para trasladar de manera gratuita a casa a los clientes afectados. Shapps consideró que el colapso del operador es una "noticia muy triste para los empleados y los turistas" y dijo que el Ejecutivo también cubrirá los costos de alojamiento de los clientes que disfrutaban de paquetes vacacionales. "Pero la tarea es enorme, se trata de la mayor operación de repatriación en la historia británica desde la Segunda Guerra Mundial", apuntó Shapps, que alertó asimismo que habrá "problemas y retrasos". En Alemania, otro de los grandes destinos de la compañía, las empresas de seguros coordinarán la respuesta para que los turistas puedan volver a sus países, informa Reuters.

De acuerdo con el sistema dispuesto por la Licencia de Operadores Turísticos Aéreos (ATOL, en sus siglas en inglés), solo aquellos viajeros que hubieran contratado un paquete vacacional se hallan protegidos, y sus costos cubiertos en el caso de la suspensión de pagos de la empresa. En circunstancias normales, aquellos que solo contrataron sus vuelos deberían hacer frente a las pérdidas de su propio bolsillo. Dada la magnitud de la quiebra de Thomas Cook, sin embargo, el Ministerio de Transporte británico se ha comprometido a cubrir todos los costos. Se estima que el desembolso supondrá más de 700 millones de dólares.

La compañía de viajes había previsto sellar esta semana un paquete de rescate con el conglomerado chino Fosun —principal accionista de la agencia de viajes— estimado en 1.200 millones de dólres. No obstante, fue retrasado por la exigencia de los bancos —como el RBS y el Lloyds— de contar con nuevas reservas de cara al invierno, que la firma no pudo lograr.

Fosun expresó su "decepción" por la falta de un acuerdo para evitar el hundimiento de la firma. "Fosun está decepcionada con que el Grupo Thomas Cook no haya sido capaz de hallar una solución viable a su recapitalización con otros afiliados, bancos, y partes adicionales", señaló el conglomerado en una nota oficial.

El sindicato TSSA, que representa a los asalariados de la compañía, había solicitado el sábado a la ministra de Empresa e Industria, Andrea Leadsom, una "reunión urgente" y le pidió que esté "preparada para ayudar a Thomas Cook con un verdadero apoyo financiero". "Hay que salvar a la compañía sea como sea. Ningún Gobierno británico serio permitiría la pérdida de tantos puestos de trabajo", había señalado el secretario general del TSSA, Manuel Cortes.

Thomas Cook, formada por un operador turístico y una aerolínea que opera en 16 países, cuenta con 105 aviones y posee 200 hoteles y complejos hoteleros con su marca, según su web. Tiene una facturación anual de unos unos 15.000 millones de dólares anuales. Desde hace varios años se enfrentaba a la competencia de otras empresas y de un entorno económico incierto, en particular en el Reino Unido, con las incógnitas del Brexit y la caída de la libra.