Antes de las fiestas de Navidad, nuestro país recibió un reporte internacional de servicios de inteligencia extranjeros con la advertencia de que podrían registrarse atentados terroristas en Argentina.

El motivo era una represalia por la muerte de dos hombres iraníes, relacionados a Al Qaeda y al general Qasem Solmaini. Cabe recordar que éste último fue asesinado por Estados Unidos a comienzos de 2020, lo que generó un clima de tensión mundial.

El grado de la advertencia era menor y también estaban incluidos otros países occidentales. Es por esto que el aviso no llegó a ser calificado como “alerta” pero provocó que se adoptaran medidas de prevención y que se vigilen por precaución varios “posibles objetivos” en el país.

La Agencia Federal de Inteligencia, la Dirección de Migraciones y el Ministerio de Seguridad recibieron el informe y tomaron resoluciones preventivas. De hecho, a mediados de noviembre se confiscó un cargamento de nitrato de amonio en la Triple Frontera.

El Gobierno informó que el primer aviso recibido llegó a través de un delegado de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) que trabaja en el exterior y que está en permanente interrelación con otros organismos internacionales de ese tipo.