Desde filtros y bolsas especiales hasta extrañas bolas, la cantidad de productos destinados a detener el torrente de fibras microplásticas que se eliminan de los lavarropas y llegan a ríos y océanos está aumentando rápidamente.

Las nuevas tendencias en Economía Circular y cuidado del ambiente promueven que los cambios arranquen en el origen del problema, y por eso las empresas también están abordando la cuestión desde el diseño, desarrollando nuevas telas que incluyen productos biodegradables hechos a partir de algas marinas y piel de naranja, y ajustando una proteína descubierta originalmente en los tentáculos de los calamares.

La contaminación por microplásticos invade todo el planeta, desde la cima del monte Everest hasta los océanos más profundos. 
Los microplásticos son pequeños trozos de plástico que contaminan el medio ambiente. Aunque aún se debate a partir de qué tamaño puede considerarse microplásticos, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica en USA utiliza el parámetro de menos de 5 mm de diámetro para considerarlo tal. 

Se sabe que las personas consumen estas diminutas partículas a través de los alimentos y el agua, además de inhalarlas. Se ha demostrado que los microplásticos dañan la vida silvestre, pero se desconoce el impacto en las personas, aunque ya se sabe que dañan células humanas en estudios de laboratorio.

El origen del problema

Las fibras de los tejidos sintéticos, como el acrílico y el poliéster, se desprenden en grandes cantidades durante el lavado, unas 700 000 por ciclo de lavado, siendo el ciclo de lavado "delicado" peor que los ciclos estándar desde este punto de vista. En una estimación realizada para Reino Unido, se calculó que se realiza una carga de lavarropas por habitante cada semana. Eso representa unos 68 millones de lavados semanales en tierras inglesas o unos 45 millones por estos lares. 

En una equivalencia conservadora, asumiendo que cada microfibra pesa 50 millonésimas de gramo (0.05 mgr) en cada lavado se tira el equivalente a una botella plástica de 500 ml.

Los nuevos datos de 36 sitios recopilados durante The Ocean Race Europe encontraron que el 86% de los microplásticos en las muestras de agua de mar eran fibras. “Nuestros datos muestran claramente que los microplásticos son omnipresentes en el océano y que, sorprendentemente, el componente principal son las microfibras”, dijo Aaron Beck, del Centro Geomar Helmholtz para la Investigación Oceánica en Kiel, Alemania.

Pensando soluciones

Grundig lanzó un lavarropas que atrapa las fibras en noviembre, señalando que el sistema captura hasta el 90% de las fibras sintéticas liberadas durante los ciclos de lavado. Los cartuchos de filtro están hechos de plástico reciclado y duran hasta seis meses, después de lo cual se pueden devolver sin cargo a la empresa.

La empresa británica Matter creó un sistema que se puede adaptar a las lavadoras existentes y que no necesita cartuchos de repuesto. El dispositivo, llamado Gulp, se conecta entre la tubería de salida y el desagüe y atrapa las fibras en un recipiente que se vacía cada 20 lavados.

El "atrapa fibras" Gulp no necesita plomero para su instalación. Imagen: gulp.com

En Reino Unido ya están haciendo campaña a favor de una nueva regulación que exija que todas las lavadoras nuevas estén equipadas con filtros de microfibra de plástico a partir de 2025. Francia introdujo el requisito de instalar filtros a partir de 2025. La UE, Australia y California están considerando reglas similares.

Ya existe una gama de dispositivos de captura de microfibras en el mercado, pero han producido un rendimiento varaible en pruebas independientes. Una investigación de la Universidad de Plymouth en el Reino Unido examinó seis productos diferentes.

Destacó uno, Xfiltra, que evita que el 78% de las microfibras se fueran por la cañería. La empresa está enfocada en brindar la tecnología a los fabricantes para que la integren en las lavadoras. Los científicos probaron otros dos dispositivos que se pueden adaptar a las máquinas, los sistemas de filtro Lint LUV-R y Planet Care, que solo atrapaban el 25% y el 29% de las fibras, respectivamente.

Los otros tres productos probados se utilizan directamente en el tambor de la lavadora. La bolsa de lavado Guppyfriend, en la que se coloca la ropa, recolectó el 54 % de las microfibras, mientras que un prototipo de bolsa de lavado de Fourth Element atrapó solo el 21 % de las fibras. El último producto probado fue la llamada Bola Cora, cuyos “brazos” atraparon el 31% de las fibras, aunque se podía usar más de una bola; además, con el sorprendente resultado de que el dispositivo captura los pelos de mascotas y que la presencia de estos ¡contribuyen a capturar micro plásticos!.

La "Cora Ball" promete una reducción del 31% de captura por sólo U$S 38.99. Imagen: coraball.com

El profesor Richard Thompson, que trabaja en la Universidad de Plymouth y formó parte del equipo de pruebas, advirtió que los filtros no resolverían el problema de las microfibras plásticas por sí solos.

“Es que también hemos demostrado que alrededor del 50% de todas las emisiones de fibra ocurren mientras las personas usan la ropa”, dijo a The Guardian. “Además, la mayoría de la población humana no tiene lavadora.

“Al igual que con casi todos los problemas actuales asociados con la [contaminación] plástica, el problema se soluciona mejor con una consideración más integral en la etapa de diseño”, dijo. “Necesitamos diseñar ropa que minimice la tasa de emisión, lo que también debería hacer que la ropa dure más y, por lo tanto, sea más sostenible”.

Fibras “Naturales”

Una docena de grupos que trabajan en telas "no contaminantes" fueron preseleccionados recientemente como finalistas en un desafío de innovación de microfibras de 650.000 dólares organizado por Conservation X Labs. AlgiKnit está creando hilos biodegradables a partir de cierto tipo de alga marina, mientras que Orange Fiber, en el sur de Italia, está fabricando telas a partir de los subproductos de la producción de jugos cítricos.

Otro finalista, Squitex, desarrolla telas a partir de una proteína que se encuentra en los tentáculos de los calamares. La compañía dice que es el material de autorreparación más rápido del mundo y puede convertirse en fibras para textiles y revestimientos que reducen el desprendimiento de microfibras.

Otros finalistas están adoptando un enfoque diferente. Nanoloom está creando telas que no se desprenden usando grafeno y otro grupo está usando láseres de alta potencia para tratar la superficie de las telas y hacer que las fibras sean menos propensas a perderse.

El algodón, sustancia natural, es biodegradable, pero su producción a menudo implica el uso excesivo de agua y pesticidas. La iniciativa Better Cotton, que cubre más del 20 % de la producción mundial de algodón, anunció recientemente el objetivo de reducir las emisiones de carbono por tonelada de algodón en un 50 % para 2030, en comparación con 2017. Otros objetivos adicionales, que abarcan reducción en el uso de pesticidas, la salud del suelo, los medios de subsistencia de los pequeños agricultores y el empoderamiento de las mujeres, se propusieron para finales de este año.