Sin duda las próximas elecciones para decidir el mandatario de la democracia más poderosa a nivel mundial, serán indudablemente atípicas, atravesadas y afectadas por el contexto socio-sanitario mundial, marcado por la pandemia sin precedentes, y por un escenario político de máxima confrontación.

En estas elecciones no sólo se decidirá el próximo presidente, sino que los americanos decidirán otros cargos políticos: 34 senadores y la totalidad de la cámara de representantes.

La pelea está reñida entre el actual presidente de los Estados Unidos y representante del partido Republicano, Donald Trump, y el entonces vicepresidente en la campaña de Barack Obama desde 2009 a 2017, el candidato Demócrata, Joe Biden.

Si bien distintas encuestas de las grandes compañías informativas, periodísticas y televisivas como la BBC, CNN, Fox News o The Washington Post, y sitios webs encargados de recopilar y promediar datos de encuestadoras, como Real Clear Politics, detallan una ventaja por parte de Biden, (en algunos casos de más de 9 puntos), esto no significa que la elección esté definida.

Para tener un panorama con claridad y comprender en mayor profundidad, hay que tener en cuenta que en las elecciones pasadas de 2016, cuyos candidatos eran el actual Jefe de Estado y la entonces candidata demócrata Hillary Clinton, la mayoría de estos sitios y encuestadoras, atribuyeron y anticiparon un escenario en donde la candidata Clinton se imponía en cantidad de votos por sobre Trump.

El desenlace de aquella votación, arrojó que estas predicciones se materializaron y los resultados se concretaron tal como lo anticiparon. La representante del Partido Republicano, Hillary Clinton superó a Donald Trump por cerca de 3 (tres) millones de votos. Pero entonces, ¿por qué finalmente Trump se quedó con la presidencia?

La clave y respuesta para esta explicación, se debe a que en los Estados Unidos la elección es indirecta.

Que la elección sea indirecta, explica que tanto el presidente, como el vicepresidente no son elegidos por el voto popular. Los millones de votantes habilitados, elegirán su candidato a través del “Colegio Electoral”, que es un organismo conformado por 538 delegados de todos los estados y Washington D.C.

Ahora bien, ¿quiénes son estos delegados o electores, y cómo están distribuidos?

Se trata de ciudadanos elegidos por los partidos políticos,  libres de votar a favor de cualquier candidato, aunque en la práctica se comprometen a votar por representantes específicos, y la cantidad de ellos en cada estado está determinada por la densidad poblacional de cada uno, y por la cantidad de miembros en el congreso.

Esto explica que por ejemplo Texas, uno de los estados más poblados y segundo en mayoría de congresistas, tendrá 38 electores, mientras que Wyoming tendrá sólo 3.

CANTIDAD DE ELECTORES POR ESTADO
CANTIDAD DE ELECTORES POR ESTADO

El colegio electoral de cada estado emite su voto el primer lunes siguiente al segundo miércoles de diciembre, y las dos cámaras del Congreso cuentan y verifican oficialmente los resultados definitivos la primera semana de enero.

Entonces, ¿cuántos votos de electores debe recibir el presidente electo?

Para quedarse con el mando presidencial, el candidato aspirante debe conseguir 270 votos, es decir la mitad de la cantidad total de electores, más uno. Si un candidato presidencial consigue más de la mitad de estos votos electorales, se queda con todos. Es decir, si Trump o Biden ganan 20 votos de los 38 posibles en Texas, sumará la totalidad.

Por último, ¿qué son los “estados péndulo”?

Son aquellos estados donde es difícil predecir un resultado a favor de cierto bando político, y donde se concentran más las campañas de los candidatos, ya que se esfuerzan por persuadir la conducta electoral de los electores. Por ejemplo, Florida votó dos veces por Bush, otras dos por Obama y la última vez lo hizo con Trump, es decir no existe una “bandera política” predominante y el resultado es incierto hasta el momento del recuento de los votos.