El presidente Alberto Fernández consideró que "el financiamiento internacional debe fijar nuevas reglas", al hablar este sábado en la Cumbre de jefes de Estado del G20, el foro internacional que reúne a las principales economías del mundo y las naciones en desarrollo, y que se realiza en Roma con la "recuperación global pospandémica" como eje central.

"El financiamiento internacional debe fijar nuevas reglas para poder igualar nuestras sociedades, con impactos positivos y enfrentando el cambio climático", dijo Fernández en su alocución en la I Sesión Plenaria en ocasión de la Cumbre de Líderes G20 "Economía Global y Salud Global".

El jefe de Estado argentino insistió en que "el actual sistema, que prioriza a la especulación por sobre el desarrollo de los pueblos, debe cambiar".

"El financiamiento internacional debe fijar nuevas reglas para poder igualar nuestras sociedades, con impactos positivos y enfrentando el cambio climático"

"La deuda externa que mi gobierno heredó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que hoy estamos afrontando es un claro ejemplo de lo que está mal. Única en la historia por su monto y por sus condiciones de repago, aprobada para favorecer a un gobierno en la coyuntura, acaba condenando a generaciones que miran impávidas el destino que les ha sido impuesto", remarcó el jefe de Estado.

Según Fernández, "no hay inocentes en esa historia" sino que "son tan responsables los que se endeudaron sin atender las ruinosas consecuencias sobrevinientes, como los que dieron esos recursos para financiar la fuga de divisas en una economía desquiciada".

"Que nadie se confunda. No vengo a renegar del capitalismo. Vengo a alzar mi voz contra los que han sometido al capitalismo de la producción y el trabajo a la lógica de la especulación financiera. La ética social debe darle contenido a la economía. El G20 debe involucrarse en esa tarea sabiendo que tanta injusticia social rodea nuestras vidas", subrayó.

"Casi el 80 % de las vacunas (contra el coronavirus) producidas se aplicaron en países de altos ingresos. En cambio, más del 60% de la población de nuestra región aún no tiene completado su esquema de vacunación".

El Presidente reseñó que "la globalización iba a convertir al mundo en una 'Gran Aldea', la casa común de la que habla el Papa Francisco. Nacía la esperanza de una comunidad integrada y una convivencia pacífica. Los resultados fueron otros. La codicia de los poderosos condenó al olvido a millones de 'aldeanos'".

Fuente: Télam