El próximo 2 de octubre se celebran en Brasil las Elecciones generales, en las que además de presidente y vice se renovará gran parte del Congreso Federal. A menos de dos meses, y mientras el actual presidente Jair Bolsonaro continúa agitando el fantasma del fraude electoral y cruzando polémicas con el Tribunal Supremo Electoral, la ventaja que Lula da Silva (Partido de los Trabajadores) reflejaba en las encuesta ha recortado su margen. 

Lula da Silva durante un acto de campaña en Brasilia. Foto EFE.
Lula da Silva durante un acto de campaña en Brasilia. Foto EFE.

Dos certezas continúan firmes, según políticos y analistas del país continental: Lula da Silva sigue liderando las preferencias, al mismo tiempo que Bolsonaro muestra un recuperación de su imagen, en gran parte debido a diversas ayudas sociales y transferencias de recursos hacia sectores bajo.

A menos de dos meses de los comicios, cada vez es más probable que la definición se dé finalmente en un ballotage. 

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Si en enero pasado las encuestas daban al candidato por el Partido de los Trabajadores una ventaja promedio de 15 puntos en relación con el jefe de Estado y candidato por el Partido Liberal, en la actualidad la diferencia entre ambos se acortó en un rango que va de los cinco a los siete puntos porcentuales. La elección en Brasil está decididamente abierta. 

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Hay razones que explican el achicamiento del margen de diferencia. Se pueden señalar la liberación de recursos para reactivar el llamado auxilio de emergencia, una ayuda que llega a partir de este mes a sectores de bajos recursos, en plena campaña electoral.

Otro dato relevante, que llamó la atención en Argentina y en el mundo, es que el Gobierno Federal logró exhibir, en julio, una desaceleración de la tasa de inflación, uno de los grandes dramas que atraviesa el mundo desde que se desató el conflicto entre Rusia y Ucrania. Tal es así, que oficialmente en julio se registró una deflación en Brasil del 0,68%. 

Brasil, un país de fuerte contraste. El país más desigual en la región más desigual del mundo.
Brasil, un país de fuerte contraste. El país más desigual en la región más desigual del mundo.

En informes internos, grandes bancos internacionales admiten que la posibilidad de victoria de Lula en primera vuelta, la gran apuesta del Partido de los Trabajadores (PT) y sus aliados, es hoy menos probable de lo que era hace algunas semanas. “Contabilizando los votos válidos, Lula bajó de 48% a 47%, y Bolsonaro subió de 37% a 37,5%”, dice uno de esos informes.

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El mismo informe asegura que, en una eventual segunda vuelta entre Lula y Bolsonaro, los votos válidos del expresidente llegarían a 58%, contra 42% del actual jefe de Estado. Otras encuestas son más favorables a Lula, entre ellas la de DataFolha, que le da al candidato del PT 47% de las intenciones de voto en primera vuelta, contra 29% de Bolsonaro.

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En poco tiempo, comenzarán a salir las propagandas en TV, algo que suele ser determinante en las elecciones brasileñas. Antes de la primera vuelta, Lula tendrá un poco más de tiempo que Bolsonaro, por el tamaño de su alianza electoral.

Si hay segunda vuelta, el tiempo en TV es igual para los dos candidatos. Por otro lado, hasta el 30 de octubre, fecha en que sería realizada una eventual segunda vuelta, el gobierno tiene más tiempo para lograr que el auxilio de emergencia y las medidas que ayudaron a contener el aumento de precios internos surtan efecto.