Palaos, oficialmente República de Palaos, es un país insular, uno de los cuatro que forman Micronesia y uno de los catorce que conforman Oceanía. Su capital es Ngerulmud y su ciudad más poblada es Koror.

Está compuesto, aproximadamente, por trescientas cuarenta islas de origen volcánico y coralino en el mar de Filipinas. 

Entre las potencias coloniales que controlaron u ocuparon el archipiélago figuran los imperios español, alemán, japonés y los Estados Unidos. Se independizó de Estados Unidos en 1994 y es uno de los países más recientes y menos poblados del mundo:  alrededor de 20 000 habitantes.

Desde el miércoles 1° de enero la República de Palaos prohibió el uso de protector solar para proteger a los corales y a uno de los principales santuarios marinos del mundo.
Publicaron una lista de diez ingredientes que no podrán estar presentes en la composición de ninguna de las cremas comercializadas dentro de sus fronteras a partir del 1º enero de 2020. Cualquiera que incumpla esta nueva norma, que podría hacerse aún más restrictiva con el tiempo, tendrá que pagar multas de 1.000 dólares.

"Debemos vivir y respetar el medio ambiente porque es la cuna de la vida, y sin él, nadie en Palaos puede sobrevivir", explicó el presidente de ese país, Tommy Remengesau.

No es el único: El gobierno de Australia también elaboró su lista de sustancias químicas que no podrán encontrarse en la composición de las cremas solares usadas dentro de sus fronteras a partir de 2020. Y en el pasado mes de mayo eran los legisladores hawaianos los que anunciaban que a partir de 2021 se prohibiría en sus playas el uso de cremas que contuvieran en su fórmula oxibenzona u octinoxato.

Los estudios científicos han establecido que algunos de los componentes químicos de la mayor parte de las cremas solares son tóxicos para los corales, incluso en pequeñas dosis.
Los efectos de algunos compuestos químicos, como la oxibenzona, sobre los arrecifes de coral han sido muy investigados durante los últimos años. En 2016, por ejemplo, un equipo de científicos del Laboratorio Ambiental Haereticus llevó a cabo un estudio en el que se concluía que estos compuestos pueden frenar el crecimiento de los corales y acelerar su decoloración. 

Además, los autores del estudio también midieron la cantidad de crema solar que alcanza las aguas de playas hawaianas tan icónicas como Hanauma Bay, en Honolulu. En total, concluyeron que los 2.600 visitantes diarios que recibe esta playa vierten directamente al mar casi 200 kilos, a los que habría que sumar otra gran cantidad que llega por otros medios, especialmente a través de los sistemas de desagüe.

Palaos también decidió ampliar la zona de protección de su santuario marino, cerrando el 80% de su zona económica exclusiva a cualquier actividad marítima o pesquera y a la minería.

"Es necesario dejar que el océano cure sus heridas después de años de pesca comercial intensiva que redujo drásticamente algunas poblaciones de peces, como las de atún rojo", concluyó Remengesau.