Para más de la mitad de las empresas alemanas encontrar trabajadores cualificados para cubrir vacantes está siendo una misión imposible. 

El problema ha alcanzado su nivel más alto y ya se ha filtrado a la manufactura, sector clave para la economía de Alemania. 

Cualquier problema para la primera economía europea comporta un riesgo global para el Viejo Continente. 

La Cámara de Comercio e Industria de Alemania (DIHK) ha emitido la última señal de alarma por las dificultades para el crecimiento que azotan a las mayores empresas europeas. 

Su última encuesta, recogida por Reuters, ha arrojado el nivel más alto de proporción de empresas que tienen dificultades para contratar: el 53% de las 22.000 compañías consultadas han reportado escasez de trabajadores. 

La resiliencia del mercado laboral no significa que a las empresas les esté yendo bien, explican desde DIHK. 

La escasez de personal, los altos precios de la energía y el cambio hacia la neutralidad climática crean un cóctel peligroso que podría llevar a las empresas a trasladar la producción al extranjero.

DIHK estima que dos millones de vacantes permanecerán sin cubrir. De momento, la falta de profesionales con habilidades concretas ha supuesto una pérdida de casi 100.000 millones de euros derivada de la renuncia obligada a producir al nivel deseado. 

La encuesta encontró que el 67% de los fabricantes de equipos eléctricos no pudieron cubrir las vacantes y tampoco lo han logrado el 67% de las empresas de ingeniería mecánica. 

En la fabricación de automóviles, el nivel de escasez de mano de obra alcanza el 65%. 

Los expertos advierten de que la escasez de trabajadores cualificados no solo es una carga para las empresas, sino que también pone en peligro el éxito en tareas importantes para el futuro, como la transición energética, la digitalización y la construcción de infraestructura.

Fuente: El Economista.