Mila, cuyo nombre se mantiene en anonimato para preservar su identidad, enfrentó el horror de descubrir que estaba embarazada a los 11 años debido al abuso sistemático de su padrastro, Lucas Pezo Amaringo, de 43 años. Las agresiones habían sido reportadas a su madre previamente, pero el temor a las represalias había impedido que se tomaran medidas. Sin embargo, después de la violación, la madre de Mila finalmente acompañó a su hija a una comisaría para presentar una denuncia.

El proceso legal tomó un giro desfavorable cuando el juez Bernuel Espíritu Portocarrero decidió liberar al agresor bajo obligación de comparecer periódicamente en el juzgado, argumentando que no había suficientes pruebas para justificar la prisión preventiva. La Unidad de Protección Especial también dejó de lado la activación del protocolo de aborto terapéutico y envió a Mila y a sus hermanos a albergues de acogida, separándola de su familia.

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A pesar de los riesgos evidentes para la salud física y mental de Mila, una junta médica en el Hospital Regional de Loreto inicialmente determinó que debía continuar con el embarazo. Esto fue en contra de las estadísticas proporcionadas por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), que indican que el riesgo de muerte para menores de 15 años embarazadas es significativamente mayor. Sin embargo, después de la intensa presión mediática y la intervención de organismos nacionales e internacionales, otra junta médica en Lima finalmente aprobó el aborto terapéutico para Mila cuando tenía 18 semanas de gestación.

La Conferencia Episcopal Peruana y algunos congresistas conservadores expresaron fuertes objeciones a la decisión de permitir el aborto. Sin embargo, estas declaraciones fueron duramente criticadas por revictimizar a la niña y no considerar su situación única y traumática. Expertos legales y defensores de los derechos de la mujer subrayaron la importancia de desestigmatizar el aborto y brindar apoyo y comprensión a las víctimas.

Una protesta a favor del aborto legal en Perú, en septiembre de 2022.Fotoholica Press (GETTY IMAGES)
Una protesta a favor del aborto legal en Perú, en septiembre de 2022.Fotoholica Press (GETTY IMAGES)

Este caso también ha arrojado luz sobre una triste realidad en Perú, donde se estima que cada año 1,100 niñas menores de 15 años se convierten en madres. La historia de Mila no es una excepción, sino un triste recordatorio de la lucha que enfrentan las víctimas de abuso y la falta de acceso a la atención médica adecuada.

Por el momento, el Poder Judicial emitió una orden de prisión preventiva de nueve meses contra el agresor, Lucas Pezo Amaringo, quien permanece prófugo después de haber sido liberado anteriormente.