Bajo el lema "Construyendo un futuro resiliente e inclusivo en América Latina y el Caribe," la Semana del Clima de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe comenzó en la ciudad de Panamá. Desde el 23 de octubre y durante cinco días, líderes, activistas, políticos y expertos de toda la región se reunirán para abordar los desafíos críticos del cambio climático y preparar una posición conjunta que se presentará en la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP28, en Dubai.

El evento coincidirá con la celebración del XXIII Foro de Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe, programado para el jueves en ese país.

La Semana del Clima es un llamado a la acción regional centrado en cuatro áreas prioritarias:

  1. Sistemas energéticos e industria: La transición hacia fuentes de energía limpias y renovables es esencial para reducir las emisiones de carbono en la región.
  2. Ciudades, asentamientos urbanos y rurales, infraestructuras y transporte: Fortalecer las ciudades y las infraestructuras para que sean más resistentes al cambio climático.
  3. Tierra, océanos, alimentos y agua: Abordar los desafíos relacionados con la pérdida de biodiversidad y la sostenibilidad de los recursos naturales.
  4. Sociedades, salud, medios de vida y economías: Proteger y empoderar a las comunidades más vulnerables ante los efectos del cambio climático.

La decisión de realizar la Semana del Clima de la ONU en Panamá se debe  a que los impactos del cambio climático se sienten de manera aguda en los 29 pequeños Estados insulares en desarrollo del Caribe, que enfrentan problemas como el aumento del nivel del mar, huracanes devastadores y sequías prolongadas que afectan a sus economías y poblaciones. 

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Además Barbados y otros Estados insulares del Caribe Oriental, a pesar de su tamaño y vulnerabilidad, se vieron afectados por crisis financieras y prácticas insostenibles en desarrollo, que amenazan los ecosistemas costeros.

Según una encuesta del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DESA), los "efectos adversos del cambio climático" son la principal preocupación en la región, seguidos de la "pérdida de biodiversidad" y los "desastres naturales".

El cambio climático afecta de manera desproporcionada a las comunidades más pobres, marginadas y vulnerables, lo que subraya la necesidad de proteger y empoderar a estas poblaciones. La pobreza, el desempleo y la desigualdad de género son desafíos en la región, lo que hace necesario invertir en educación y concienciación pública para involucrar a todos en la lucha contra el calentamiento global.

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La falta de financiación climática, especialmente para la adaptación, es una preocupación fundamental en los Estados Insulares en desarrollo del Caribe. Iniciativas como la "Iniciativa de Bridgetown" y el plan de estímulo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas ofrecen soluciones necesarias para abordar este problema. El Marco de Cooperación Multipaís para el Desarrollo Sostenible 2022-2026 de las Naciones Unidas para el Caribe Oriental promueve prácticas sostenibles y la mejora de la resiliencia de las comunidades.

Para combatir eficazmente el cambio climático, se necesita una acción colectiva y solidaridad. La colaboración entre países y comunidades es esencial para promover la concienciación pública, compartir conocimientos y recursos, y trabajar juntos para alcanzar objetivos comunes.