Ir al cine es menos arriesgado que ir a la escuela, concluye un estudio realizado por el profesor Martin Kriegler de la Universidad Técnica de Berlín y la ingeniera Anne Hartmann. Su trabajo, publicado a inicios de febrero, pretende evaluar el riesgo de contaminación por COVID-19 en diversos lugares públicos cerrados.

Se centraron en la contaminación por microgotas, el principal vehículo de contagio, teniendo en cuenta el grado de aplicación de las medidas y recomendaciones sanitarias (uso de mascarilla y distanciamiento social, en particular). Los resultados muestran que los locales culturales como teatros, cines y museos, son los lugares públicos con menor riesgo.

Los dos científicos calcularon el R0, o número de reproducción del virus, que es el número medio de individuos que una persona infectada puede contagiar. Si R es mayor que 1, la epidemia está creciendo; si es menor que 1, está disminuyendo.

El R0 es de 0,5 en los locales culturales en los que hay que llevar máscaras y se utiliza un calibre del 30%. En comparación, el R0 es 1 en un supermercado o restaurante, 1,5 en un espacio abierto o en el tren, y 3 en una escuela. Esto significa que la tasa de reproducción del virus es 6 veces mayor en una escuela que en un teatro.

Según apunta la ingeniera Hartmann, coautora de este estudio, los recintos culturales explican este bajo riesgo de contaminación por el hecho de que los espectadores o visitantes hablan relativamente poco, lo que reduce la producción de microgotas potencialmente infecciosas. Las medidas de distanciamiento social son relativamente fáciles de aplicar. 

En el diario alemán Der Spiegel, Martin Kriegel cree que "si se aplican procedimientos de higiene bien pensados y pertinentes, algunos lugares públicos podrían volver a abrir. Y en otras situaciones es necesario reducir aún más el contacto”.

Sin embargo, cabe advertir que este estudio no ha tomado en cuenta las nuevas variantes del virus, que son más contagiosas. Por ejemplo, la variante británica es un 50% más contagiosa. "La aparición de las variantes nos limita", lamentó el 19 de enero la ministra de Cultura, Roselyne Bachelot, durante su comparecencia sobre las consecuencias de la crisis sanitaria para el sector cultural en la Comisión de Asuntos Culturales y Educación de la Asamblea Nacional.

No obstante, una veintena de organizaciones representativas del sector cultural piden al Jefe del Estado que establezca un calendario a fin de prever la reanudación de una vida cultural que lleva un año ausente en el país teutón.

Fuente: DW.