La salud de la canciller alemana Angela Merkel se encuentra en el centro de la escena por reiterados temblores que sufrió en tres actos públicos durante los últimos meses.

Las suspicacias crecieron debido a que en el último acto Merkel rompió el protocolo y decidió escuchar sentada el himno de su país en el recibimiento de la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen.

"Pueden asumir que, primeramente, conozco las responsabilidades de mi puesto y que por tanto actúo en consonancia con respecto a mi salud", dijo Merkel a la agencia AFP.

Sin un parte médico oficial las explicaciones giran en torno a un cuadro de deshidratación, un problema estomacal, temblor ortostático u el propio estrés por ejercer el rol de jefa de Gobierno.