Este lunes pasado el presidente de Chile, Sebastián Piñera promulgó la reforma constitucional que habilita un plebiscito para modificar la Constitución del país.

Con esta medida el mandatario oficializa la convocatoria para que la población participe en una consulta ciudadana el 26 de abril de 2020 para decidir si crear una nueva Asamblea Constituyente que acuerde una nueva Constitución o si se crea un mecanismo para modificar la Constitución actual, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet.

Ese domingo, 14 millones de chilenos habilitados para votar deberán responder dos preguntas. La primera, sobre si aprueban o rechazan crear una nueva Constitución, la segunda sobre el mecanismo para cambiarla: Convención Constituyente 100% electa o Convención Mixta con 50% de delegados electos y 50% de congresistas.

La posibilidad de redactar una nueva constitución es una de las principales demandas del movimiento social en Chile que comenzó el pasado 18 de octubre.

“En los países sabios, en las democracias sólidas, en las sociedades visionarias, la Constitución es el gran marco de unidad que da certeza, estabilidad y seguridad al devenir de los pueblos. Es la carta fundamental, lo que los sajones llaman la ley de la tierra, y que permite a los países asumir con sabiduría y eficacia las legítimas diferencias del presente, pero también mirar con una mirada y visión compartida los desafíos del futuro” expresó el presidente Piñera ante 400 invitados en el Palacio de La Moneda.

Y agregó: “Lo que hemos vivido en los últimos 66 días es una clara y elocuente muestra del cambio. (…) Los ciudadanos tendremos, no solamente la primera palabra respecto a la naturaleza y mecanismo de este acuerdo, a través de un plebiscito de entrada, sino que también tendremos la última palabra respecto a los principios y contenidos de esa nueva constitución a través de un plebiscito ratificatorio”, agregó.