“Las infecciones aumentaron en 21 estados el miércoles, pero Washington tenía otros asuntos que atender. El coronavirus no ha terminado con Estados Unidos, pero la capital de la nación parece haber terminado con el coronavirus.” Así de contundente es el párrafo con el que el New York Times comienza su resumen de noticias sobre el coronavirus hoy.

Es que desde el relajamiento general que se produjo el “Memorial Day” (el día para hornar a los muertos, este año el 25 de Mayo), aunque en Nueva York efectivamente se aplanó la curva de contagios, el resto del país vive un rebote significativo de casos. Y mientras tanto  los legisladores de ambos partidos están abocados al problema de la brutalidad policial, el comité de salud del Senado se concentra en el retorno de los niños a la escuela y la Casa Blanca, que detuvo sus informes diarios sobre virus hace más de un mes, lucha con las relaciones raciales.

En el mundo “político” nadie parece ocuparse de las posibles consecuencias de un rebrote en el país que concentra 1 de cada 4 casos en el mundo, superó la barrera de los 2 millones de contagio y contabiliza no menos de 115 mil fallecidos. El mapa de los casos tiñe de rojo el país de costa a costa: claramente la costa este es la más afectada, pero se puede ver el impacto aún en los estados más aislados en el centro del país.

Los expertos en salud pública temen que una segunda ola de infecciones pueda dar un golpe más brutal que el primero, mientras que los líderes políticos de la nación miran hacia otro lado.

Los expertos en salud pública y los estrategas de comunicación dicen que los mensajes regulares, claros y consistentes al público son esenciales en la prevención. La ausencia del Dr. Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas de la nación crea un vacío potencialmente dañino.

El mayor temor es que, así como desconoció las primeras alarmas que condujeron al mayor impacto planetario de la pandemia, ahora Trump desoiga las advertencias sobre el rebote. Frente a ese panorama, el presidente solo piensa en las elecciones de noviembre: acaba de anunciar que retoma su campaña electoral con un acto  que tendrá lugar en Tulsa, Oklahoma, el 19 de junio y luego viajará a Florida, Arizona y Carolina del Norte.