El batallón de Azov y la alcaldía de Donetsk denunciaron que el Ejército ruso y fuerzas separatistas prorrusas utilizaron armas químicas durante un asalto a la planta de siderurgia y metalurgia Azovstal.

Las armas químicas son catalogadas como armas de destrucción masiva por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Además, la Convención sobre Armas Químicas, firmada por Rusia, prohíbe su uso desde 1997.

Por su parte, fuerzas separatistas desmintieron la acusación. "Las fuerzas de la república popular de Donetsk no utilizaron ningún arma química en Mariúpol", expresó Eduard Basurin, vocero separatista.

Un barrio de Córdoba con pintadas de Azov, el grupo paramilitar neonazi ucraniano

Andriy Biletsky, fundador de Azov, afirmó que tres soldados fueron afectados por una arma química no identificada. Además, expresó que también hubo civiles afectados.

"Ahora se sabe que el enemigo utilizó sustancias venenosas o potentes sustancias venenosas asfixiantes. Sin embargo, por encontrarse en un bloqueo total (la ciudad), un análisis toxicológico es imposible", sostuvo Biletsky.