Miles de británicos desfilaban este sábado en una larga cola de 14 horas formada en las afueras del Parlamento en Londres para despedir a la reina Isabel II, a la que se acercaron a saludar de forma sorpresiva el rey Carlos III y su heredero, el príncipe Guillermo de Gales.

Vestidos con traje y corbata negra, ambos saludaron y conversaron con el público congregado en la capital inglesa, que los recibió al grito de "Viva el Rey", "Dios bendiga al príncipe de Gales".

Previamente, ambos monarcas habían visitado la sede de la Policía Metropolitana para agradecer por la tarea en materia de seguridad desde la muerte de Isabel II, el jueves 8 de septiembre.

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La capilla ardiente, que está instalada desde el miércoles en el Westminster Hall, el salón más antiguo del Parlamento británico, llegó a acumular una cola de 24 horas que hoy se acortó a 14.

Se espera que unas 750.000 personas pasen por allí hasta la madrugada del lunes, cuando se cerrará las puertas de la capilla ardiente y se realizará un funeral de Estado.

Esta mañana, las personas aguardaban abrigadas en la cola que bordea el río Támesis, pero en los últimos días los servicios de ambulancias debieron asistir a más de 400 personas, la mayoría de ellas por desmayos durante la larga espera bajo el sol del final del verano boreal.

Si bien la despedida ocurre en un clima de solemnidad y disciplina, anoche fue detenido un hombre que se abalanzó para intentar tomar el estandarte real dispuesto sobre el féretro, pero fue rápidamente reducido por la Policía.

Más temprano, Carlos III y sus hermanos: Ana, Andres y Eduardo, velaron durante 15 minutos a su madre en la ceremonia que se conoce como la "Vigilia de los Príncipes".Esta tarde será el turno de los ocho nietos de la difunta, entre ellos el príncipe de Gales y su hermano Enrique, que esta semana aparecieron en público junto a sus esposas, Catalina y Meghan.

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Se espera que hoy lleguen representantes de una decena de países de la Mancomunidad de Naciones británica, con quienes Carlos III tiene previsto reunirse en la tarde.

 Al término del funeral, el féretro de Isabel II será trasladado por la capital británica hasta el arco de Wellington, en Hyde Park Corner, donde será cargado en un coche fúnebre para su último viaje al Castillo de Windsor.

 Luego tendrá lugar una ceremonia privada para los miembros de la familia y a las 19.30 hora local la Reina será sepultada. Sus restos descansarán junto a los de su marido en la capilla del rey Jorge VI, donde también yacen los de su padre, su madre y su hermana Margarita.