El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, renunció esta mañana, tras pronunciar un discurso de 50 minutos donde calificó de autoritario a Matteo Salvini, líder del partido Liga, fuerza que presentó una moción de censura contra el gobierno de Conte.

Así, finaliza un gobierno de 446 días fruto de la coalición entre la Liga (ex Liga Norte) -de extrema derecha, euroescépticos y con varias acusaciones de xenofobia y financiación rusa- y el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) -populista, ecologista, anti-euro y parcialmente euroescéptico-.

En el discurso, Conte afirmó que "la decisión de la Liga que presentó la moción de desconfianza" y "las declaraciones y comportamientos, claros y unívocos, me imponen interrumpir esta experiencia de gobierno".

Entre gritos, aplausos y protestas, el ahora ex premier anunció: "Este gobierno se terminó. Presentaré mi renuncia al presidente de la República, Sergio Mattarella", a quien tiene previsto ver en las próximas horas para formalizar la dimisión.

Ahora, Mattarella "conducirá la república en este pasaje delicado. Aprovecho la ocasión para agradecerle el apoyo que me dio", expresó el primer ministro saliente.

En los próximos días, el jefe de Estado italiano deberá abrir una consulta entre los líderes de los partidos políticos para evaluar la posibilidad de un gobierno alternativo. Si esto no se logra, será necesario un llamado a elecciones. Tal es el deseo de Matteo Salvini, ya que es el favorito en los sondeos para acceder al cargo si se adelantan los comicios.

El enojo de Conte

Giuseppe Conte, en su momento, no era una figura conocida. El profesor de Derecho fue elegido como premier por Salvini y su ex aliado Luigi Di Maio, cabeza política del M5S, ya que tanto Di Maio como Salvini no querían que el otro asumiera el rol. Conte aceptó la propuesta porque quería ser "el abogado del pueblo".

Salvini aplicó una política de cierre de puertos a los refugiados, desde su cargo como ministro del Interior, e incluyó a las organizaciones sociales en el ministerio, lo que le permitió ganar apoyo político y ganar ampliamente en las últimas elecciones de renovación del Parlamento europeo.

Desde entonces, acumuló poder y actuó como un primer ministro de facto, excediendo sus funciones de ministro del Interior y criticando a los otros ministros “violando la cultura de las reglas”, de acuerdo al exprimer ministro.

Conte descargó su enojo en el discurso y apuntó contra Salvini, denunciándolo por la "irresponsable decisión" de originar una crisis política en un momento sensible para el país mediterráneo por "intereses personales y de partido".

"Cuando una fuerza política piensa en su interés, traiciona la vocación más noble de la política, el bien común y daña el interés nacional", aseguró.

La respuesta de Salvini

Mientras Conte pronunciaba su discurso, Salvini, sentado a su lado, gesticulaba y hacía caras de disgusto. Cuando le tocó responder, insistió en un llamado a elecciones. "No le tengo miedo al juicio de los italianos. Son ellos los que deben decidir", indicó.

Y acusó al M5S de querer formar un gobierno de coalición con el Partido Democrático (PD) y otros partidos menores para mantenerse en el poder. "El destino de este Parlamento está en manos de los italianos, no de treinta senadores que no quieren dejar su sillón", dijo.

Salvini, de todos modos, se mostró conciliador con sus ex aliados políticos. El líder de la Liga redobló la apuesta y dijo que si es verdad que no querían acordar con el PD, estaba dispuesto a "recomenzar" con la alianza, y propuso votar la reducción de los parlamentarios, una reivindicación de los 5 Estrellas, para luego recién ir al voto.